La NASA patenta un metal que convierte el calor en electricidad: los tubos de escape que recargan baterías

tubo de escape al rojo vivo
Más o menos, y sin entrar demasiado en lo que no puedo demostrar, los técnicos marcan una máxima de 600 grados centígrados en los tubos de escape de un coche común. En un monoplaza de Formula 1 o en una moto de alta cilindrada, aún son más.

La agencia espacial norteamericana está dentro de un programa que intenta transformar sus investigaciones en dinero para autofinanciarse. Y lo primero que ha asomado al ojo público es esta aleación recién registrada formalmente. En la industria de la automoción, iría unida a un sistema que llevase el calor de los escapes a las baterías de un coche híbrido.

El material en cuestión por ahora figura en la prensa científica como Skutterudite aunque en su totalidad lleve otros ingredientes aparte de este mineral raro.

La NASA tiene un laboratorio para desarrollo de nuevos propulsores para jets y cápsulas aerospaciales. Estas instalaciones están en Pasadena, en el Estado de California. Y aquí es donde lo han estado probando, si bien la licencia de patente se ha solicitado en Nueva York.

Skutterudite imagen de la NASA

Ésta es la foto que la NASA ha cedido para que veamos qué aspecto tiene la combinación de minerales y metales. A una mente terrenal no le causa una gran impresión, ¿verdad? Pero ésta es la pinta que tiene la ciencia ficción.

Lo de trasmutar el calor en chispas no es cosa nueva, y en los frenos de muchos turismos va colgada una etiqueta que dice «sistema de recuperación de energía». La Escuterudita eleva al cubo la capacidad de acumulación de electricidad que hasta principios del siglo XXI hemos ido viendo.

Y por otro lado está lo que la NASA explica sobre la termoelectricidad: las cápsulas Voyager 1 y Voyager 2 siguen viajando después de 30 años y alimentándose con los primeros mecanismos que se construyeron para hacer del calor una fuente de energía de impulsión.

Autonomía

suzuki swift hibrido
Tampoco es una intimidad científica que se están invirtiendo recursos para alargar el número de kilómetros que un coche híbrido puede recorrer sin tener que enchufar las baterías. Al mismo tiempo que se buscan sustancias y técnicas para reducir peso, tamaño y densidad de las pilas, se brujulea la forma de que éstas se recarguen solas, sin la obligación de conectarse a una toma de corriente.

En este propósito es donde entraría el invento de la NASA. No constan aún cifras ni fechas. Pero la organización se ha marcado un plazo en este mismo 2015 para poner en la calle algunos de sus hallazgos. Con la expresión de «poner en la calle» quiere decirse que se mira de traspasar lo que va en los cohetes a lo que los fabricantes de coches manejan en sus instalaciones de ingeniería.

¿Y quién es Thierry Caillat?

laboratorio de propulsion a chorro de la NASA
Pues este señor francés por ahora es el que dirige el laboratorio de la NASA en Pasadena, y el único autorizado a ejercer de vocero. A fecha de hoy, todo cuanto ha contado sobre la mutación de calor en electricidad es lo que consta en este artículo. Pero será el nombre que más veamos repetido de hoy en adelante en las noticias.

Sus últimas declaraciones piden tres meses de tranquilidad antes de que se comiencen a desplegar las conversaciones con los constructores de motores para aviones comerciales y coches. A Thierry Caillat no le han hecho tantas fotos como a un futbolista o a una cantante, pero si lo del plazo del trimestre se cumple, empezaremos a familiarizarnos con su cara.

En el caso que alguien esté más interesado en el tema, tiene la posibilidad de escribir a la señora Elisabeth Landau, que es quien gestiona el contacto con la prensa en el Laboratorio de Propulsiones a Chorro de la NASA.

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