Aunque lo que voy a escribir en estas próximas líneas no va dirigido a todos los motoristas del mundo, sí va dirigido a una gran mayoría, o al menos eso es lo que mi experiencia me permite decir. A diario, millones de personas utilizan sus motocicletas para escapar de los atascos de la ciudad. El problema es que a veces se creen los reyes de la carretera y cometen todo tipo de infracciones y frivolidades que les pueden costar la vida.
Vivo en Barcelona y a diario tengo que enfrentarme a motoristas que se cuelan por cualquier hueco, no miran nada y encima te pasan por izquierda y derecha indistintamente. Lo peor de todo es que luego, si tienes un pequeño toque, se van al suelo y se pueden hacer mucho daño. ¿De quién es la culpa en ese caso? Casi siempre se la atribuyen al conductor del coche, aunque la mayoría de veces el culpable es quien va en la moto.
Yo puedo entender que en un semáforo o en un atasco decidan ir adelantando a los coches por el arcén o por la derecha. Pero cuidado, cuando se pone el semáforo en verde y los coches empiezan a andar, cualquiera de ellos puede girar en la siguiente calle y tener un problema muy gordo. Muchas veces no miramos el retrovisor para girar a la izquierda o a la derecha al cambiar de calle, básicamente porque nadie tendría que venir por detrás como una exalación interponiéndose en nuestra trayectoria. Pero sí, eso a veces sucede.
Yo lamento mucho que haya tantas y tantas personas que pierden la vida en sus motocicletas cada día en todo el mundo. Sin embargo, con una conducción más moderada y respetuosa se podrían evitar más de la mitad de esos accidentes. La policía tendría que empezar a multar según que comportamientos, así se empezaría a educar a un perfil de conductores que se piensan que son transparentes.