El utilitario de Kia se ha hecho rey de ventas en el grupo Kia-Hyundai a escala mundial, aunque en España no parece tener tantos adeptos como en otros lares, tal vez porque aquí no se comercializa el sedán. La tercera generación del 2011 da una vuelta de tuerca importante a la estética, los motores y los gadgets interiores en su restyling de mitad de ciclo de vida.
El telón cae en el Salón de París y no llega a la península ibérica hasta el primer trimestre del 2015. De mantener la táctica habitual de Kia, este Rio y el actual compartirán espacio en los concesionarios aún durante un buen tiempo, porque el Rio no ha caducado, pero podríamos decir que en Kia se anticipan a los desplomes de ventas y popularidad, y arreglan el desaguisado antes de que aparezca.
Ayer y hoy
Me pregunto qué siente un ingeniero o un diseñador de Kia-Hyundai al ver la foto del primer Rio… Sólo han pasado 14 años, pero me viene a la mollera aquello de “hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana…” La velocidad de cambio en los coreanos supera lo espídico y las leyes de la evolución: en dos relevos de plataforma el Rio primigenio luce como una pintura rupestre.
El Kia 2011 oferta motores de cuatro cilindros: un 1.2 y un 1.4 en gasolina, y un 1.1 y un 1.4 en diesel. Las potencias van de los 75 CV del diesel benjamín a los 109 CV del gasolina más voluntarioso. En el facelift 2015 van a continuar igual, con las mismas potencias, pero revisados a la baja en fricciones internas, alternadores y consumos. Más allá de la depuración mecánica, todos y cada uno de los propulsores podrán montar un sistema de Start&Stop. Y esa va a ser la clave en el avance mecánico del Rio. Desde aquí, no obstante, protesto enérgicamente por una sola cuestión: la parada y arranque automático es un kit opcional. No viene de serie.
Y aunque, en casi todos los mercados por los que nada el Rio, dispone de un cambio automático de cuatro marchas, en España nos quedamos con las palancas manuales y los tres pedales; oferta y demanda. Y también dinero. Los estudiosos están convencidos de que los compradores de utilitarios no están dispuestos a abonar un solo euro más por el producto, y a mayor abundamiento, las leyes españolas penalizarían en el impuesto de matriculación, porque el cambio automático incrementaría el gasto de carburante y emisiones.
Dentro y fuera
El director de operaciones de Kia Motors Europe, el señor Michael Cole, no se contiene en halagos:
La inmensa popularidad del Rio indica que nuestros diseñadores e ingenieros han hecho la mayoría de las cosas correctamente en 2011, cuando crearon la cuarta generación de nuestro contendiente en el segmento B. El Rio conserva los atributos principales que lo han hecho tan apreciado por sus propietarios, al tiempo que las mejoras en el modelo de 2014 incluyen una ligera puesta al día visual, dándole un aspecto exterior e interior renovados.
Concuerdo con todo lo que dice, sólo hay que ver el Rio 2010. Pero que tampoco sean tan autocomplacientes, porque los cambios estéticos son una parrilla de Kia Cee’d (lo que ellos llaman “el morro de tigre”), y una zaga de Kia Sportage. Lo tenían fácil, saben que eso funciona: muy audaces e intrépidos a la hora de dibujar el nuevo Rio no han sido.
Luego han añadido llantas opcionales hasta 17” y dos colores nuevos a la gama (azul y amarillo), e finitto…
Dentro hay una tapicería de tela nueva y una de cuero, ambas para los acabados Concept, que son los que van más equipados. Y mencionando el equipamiento, el cuadro de mandos y el salpicadero resitúan sus botoneras para dar cabida a un pantalla de 7 pulgadas cuando se elige el navegador integrado como suplemento.
Cualesquiera que sean las inclinaciones estéticas de cada uno, lo que hay que admitir es que su gemelo Hyundai i20 ha de pasar por quirófano ya, o el Kia 2015 lo va a relegar a un papel de actor secundario o, según como, de figurante.