El jugador del AC Milan (y que sonó este verano como posible refuerzo del Real Madrid) Mattia De Sciglio, se vio involucrado en un accidente múltiple en la autopista A8 Milán-Varese. El jugador italiano de 20 años perdió el control de su coche e impactó contra otros tres vehículos. Afortunadamente, no hubo que lamentar heridos.
En el momento del accidente, circulaban a poco distancia de De Sciglio otros compañeros suyos en el equipo italiano, en este caso El Shaarawy y Riccardo Montolivo. Los jugadores del equipo italiano no dudaron en bajarse del coche a socorrer a su compañero, al que tuvieron que ayudar a salir del coche, el cual había volcado.
El accidente provocó que el tráfico de la zona de Legnano y Castellanza estuviera detenido durante algo más de un par de horas. De momento, la policía de no ha dado ninguna explicación respecto a las razones que pudieron provocar el accidente. Afortunadamente, no hubo heridos y lo que pudo ser una tragedia se quedó en un simple susto.
Futbolistas al volante
El accidente de Matia De Sciglio no es un hecho aislado, ni es la primera vez que trascienden públicamente los percances de los futbolistas en la carretera. Algunos como Benzema son auténticos fenómenos en saltarse las normas de circulación. A otros, como el jugador del Valencia Éver Banega, simplemente les pasan cosas realmente extrañas (recordad que se rompió la tibia y el peroné tras atropellarse a sí mismo con el coche). Afortunadamente, en esta ocasión no hubo que lamentar heridos y De Sciglio salió completamente ileso del accidente.
Tampoco queremos dar lecciones a nadie, y menos de ética o educación, pero es evidente que hay futbolistas que ganan demasiado dinero a edades demasiado tempranas, tan tempranas que ni siquiera tienen aún su personalidad formada. Alguien de 20 años, como De Sciglio, puede no ser aún una persona madura y responsable, y esa mezcla de dinero, irresponsabilidad y coches potentes, es una mezcla explosiva, sea quien sea el que conduce. Porque en la carretera, no hay estrellas, todos somos humanos… y mortales.