¡Que no cunda el pánico! Jeremy Clarkson no se ha hecho daño ni nada por el estilo. El veterano y polémico periodista británico se estampó con un BMW E36 M3 «queriendo». No fue un accidente. No perdió el control del legendario deportivo de la firma alemana por sorpresa.
Lo que sucede tiene que ver con que Top Gear quiere más audiencia. Por eso prepararon un vídeo enfocado a la promoción de un nuevo formato que puede ser muy rentable para la BBC a corto plazo.
Varias sillas resultaron heridas
James May y Richard Hammond formaron parte del mismo picándole en una especie de reto que se produjo en un pabellón totalmente vacío. Al fondo había unas sillas que pretendía besar con el frontal del E36 M3 azul que conducía. Digo besar porque no quería llevárselas por delante, pero al final no fue capaz de controlar la frenada y se pasó de largo. Su objetivo, el de ponerse a 60 km/h y frenar en menos de 100 metros, queda claro que no es factible.
Lo que pasó en esa pista no es más que un ejemplo de lo que puede pasar de ahora en adelante en Top Gear. Van a preparar retos de este tipo que los aficionados británicos podrán presenciar en vivo y en directo. Eso sí, no creo que a nadie le dé por sentarse en sillas como las que se llevó por delante Jeremy Clarkson en lo que fue toda una demostración de cabezonería con una buena dosis de mercadotecnia.