Con esto de los peajes hemos llegado al paroxismo. La reciente subida de las tasas está provocando situaciones en las que uno ya no sabe si llorar o partirse de risa. Hoy hablamos de lo que está pasando en Asturias. El nuevo aumento de precio aprobado por las concesionarias ha provocado que coger el avión sea mucho más económico para desplazarse a Madrid que optar por hacerlo en coche.
Dejemos a un lado que el precio de la gasolina también tiene su miga y le aporta lo suyo a esta situación, pues en un desplazamiento así estamos hablando de unos 100 euros en combustible más o menos y en números redondos. O lo que es lo mismo, calculando un gasto de unos 65 litros de combustible.
Pero ahí están los dolorosos peajes. El de Huerna (que veis en la foto) te clava 12,20 euros y el del puerto de Guadarrama son 11,35 euros. En total, 23,55 euros. Si lo multiplicas por dos, porque bien has de volver a tu casa en Asturias, ya te han sisado 47,10 euros en peajes.
Como ahora en el principado de Asturias opera la aerolínea lowcost Ryanair, hay precios desde 32 euros por un pasaje de ida y vuelta. Hay que decir que en estas aerolíneas el cliente es tratado como un gusano y tiene menos derechos que una cucaracha. Asocian lo barato a lo vejatorio. Sea como sea, sólo contando el precio de los peajes sin la gasolina, el avión ya es 14 euros más barato.
Pero vayamos a los números fáciles: en coche, con gasolina y peajes incluidos, 147,10 euros. En avión, unos 32 euros. La resta también os la hago yo para que nadie se canse. La diferencia es de 115,10 euros. Eso es lo que se ahorra un asturiano si coge el avión.
Pero es que en los transportes públicos hay más de lo mismo ¡El viaje en autobús cuesta 62 euros! El avión sigue saliendo 30 euros más barato.
Los conductores asturianos están indignados ¿Cómo no iban a estarlo? Algún día llegaremos a las oleadas de bandalismo en las barreras de los peajes, como pasó en Portugal. Pensemos que en septiembre, con la subida del IVA, van a aumentar todavía más los precios de los peajes.
Lo peor de todo, no obstante, es el coste medioambiental. Los aviones y los famosos cruceros de barco son los métodos de transporte que más contaminan. Le hacemos un flaco favor al planeta usándolos.