Tras ocho años en el consejo de administración del Grupo Volkswagen, a Martin Winterkorn no le quedó otra que dimitir por lo del escándalo de las emisiones que todos conocemos bastante bien a estas alturas. Fue una decisión previsible, porque la compañía necesitaba algo así para dar credibilidad a lo que se supone que es «un nuevo comienzo«.
A cambio de ofrecerse como cabeza de turco, sus colegas del Comité Ejecutivo se encargaron de ensalzar su trabajo al frente del Grupo VAG y no manifestaron duda alguna sobre su profesionalidad. Le eximieron de toda culpa hasta que se demuestre lo contrario. Fueron condescendientes con un hombre que se había tomado muchos cafés con ellos entre risas y aplausos por el buen funcionamiento de la empresa.
Tendrá que demostrar su inocencia
Que entre ellos no tengan dudas y sean tan amigos no significa que el señor Winterkorn haya obrado con responsabilidad. Hay quienes opinan que él está detrás de todo esto, y la verdad es que no es una idea disparatada teniendo en cuenta que era el mandamás. Se supone que tenía que saberlo todo o casi todo. Con decir «no sabía nada» no basta.
Por lo menos para los fiscales alemanes. Acaban de hacer público que han abierto una investigación para comprobar si pudo incurrir en algún tipo de fraude por esta historia tan oscura. Bajo su dirección se han convertido en el mayor fabricante del mundo, pero ahora hay que ver si es uno de los responsables de la manipulación que les ha permitido jugar con ventaja respecto a sus competidores.
Millones de motores trucados
11 millones de vehículos afectados son muchos. La mitad, aproximadamente, corresponden a Volkswagen, mientras que el resto de marcas implicadas hablan de cifras inferiores. Audi reconoce 2,1 millones de unidades, Skoda 1,2 millones y SEAT, por lo que se acaba de saber, vendió hasta 700.000 coches con los motores diésel investigados.
Millones de euros en su cuenta bancaria
Mientras remueven todos los documentos que solicita la Fiscalía, Winterkorn podrá disfrutar de su jubilación sin más preocupaciones que la judicial. Cobraba unos 30 millones de euros al año entre pensiones y dividendos, así que no debería preocuparle estar sin trabajo. Es uno de los hombres más poderosos de la industria de la automoción.