¡Qué locura! ¿Verdad? Era difícil imaginar que algún día veríamos una autopista con semáforos, pero eso es justo lo que vamos a ver a partir de diciembre en el Reino Unido, ya que los ingleses han aprobado una prueba piloto diseñada por la Highways England, que es la entidad que se encarga del mantenimiento de las autopistas en Inglaterra.
Se han gastado 7 millones de libras (unos 7,85 millones de euros al cambio actual) y esperan que la medida sirva para acabar con la congestión de los puntos más transitados de la red de autopistas del país, para lo cual también van a emplear los límites de velocidad variables, algo que en España se utiliza para reducir la contaminación más que para acabar con los atascos.
Una posible solución a un problema mundial
Los semáforos van a estar al noroeste del país, en el cruce de la M6 y la M62 en Warrington, Chesire. Allí, donde los conductores suelen desquiciarse día sí y día también por la enorme cantidad que pierden entre coches, puede que lo agradezcan.
Para hacernos una idea de la magnitud del problema, basta con decir que en el último año se registraron 1,35 millones de atascos en carreteras y autopistas, lo que se traduce en unos 3.700 embotellamientos cada día. Normal que quieran tomar cartas en el asunto invirtiendo un dineral si es necesario.
Las primeras pruebas tendrán lugar en la M62 con dirección Mánchester, donde los semáforos empezarán a dirigir el tráfico junto a los límites de velocidad cambiantes, especialmente por la mañana, que es cuando más problemas suele haber.
La prueba podría extenderse a todo el país
Un mes más tarde, en enero, colocarán más semáforos en el cruce entre la M6 y la M62, y si la cosa funciona no hay que descartar que el invento se extienda a las autopistas inglesas que más problemas tienen. De hecho, si es un éxito no hay que descartar su exportación a otros países como España, donde también sabemos lo que es sufrir un atasco interminable de casa al trabajo y del trabajo a casa.