En algún momento del 2016 veremos este dibujo convertido en fotografía real y circulando por la calle. Honda planea la remodelación total de su camioneta pick-up Ridgeline. Es un coche algo atípico dentro de este mercado, porque su chasis es monocasco, es decir, que esqueleto y cabina son todo una sola pieza.
Los japoneses llevan desde mediados de los ochenta intentando cementarse en un suelo donde Ford o Dodge o Chevrolet llevan la iniciativa y les avala todo el peso de la historia. Las pick-up no nacieron en Tokio ni en Sebastopol, sino en el continente americano. Pelear con eso es difícil, bien lo sabe Volkswagen, que está desde el 2010 tratando de colar el Amarok como animal de trabajo.
Pocos datos sabemos del Ridgeline 2016, pero echemos un vistazo a lo que Honda ha anticipado… De momento. El Salón de Chicago es el decorado escogido para su presentación, y abre las puertas el 14 de febrero.
Odyssey y Ridgeline
El monovolumen de Honda es la base de la pick-up. Remodelado de las ruedas al techo eléctrico para el 2015, al menos ya nos da una idea de cómo lucirá la parrilla frontal del Ridgeline y los grupos ópticos.
Al montar el Odyssey su motor en posición cruzada o transversal, la fuerza va primeramente a las ruedas delanteras. La reconversión a 4X4 es electrónica, y el ordenador es quien comanda el envío de potencia al eje posterior cuando detecta la necesidad. La primera y –hasta la fecha– única generación del Ridgeline, ha funcionado así.
Honda no ha presentado una solución mecánica de tracción integral nueva que no pase por meter motores eléctricos supletorios, conque apostamos que seguirá siendo como ahora aunque la depuren y revisen los ingenieros.
Motores
Aquí es donde puede haber un baile y cambio de parejas. El compromiso ‘Earth Dreams Technology’ que el fabricante está desarrollando entre el 2015 y el 2018 bien podría enterrar el presente bloque de seis cilindros 3.5 litros. O mantenerlo, pero renovado en consumos y emisiones. O ver hibridaciones.
Más japoneses
La aceptación del público americano dependerá en gran parte de la oferta mecánica, la de acabados, la de precios y la de una inversión titánica en márketing. Descontando el Amarok, las camionetas genuinamente americanas, con este tamaño intermedio y una cabina de cinco ocupantes, sólo tienen un competidor más: el Nissan Navara (o Frontier, según el país).
La pick-up de Nissan empezó a mediados de los ochenta. Por ahí aventajan a Honda, que asomó en esta competición en el 2005.
El Navara está actualizado completamente en el 2015, aunque el Ridgeline tuvo su restyling en el 2009, se llevó algún galardón en Estados Unidos y es una pick-up que sigue estando fresca en la memoria de los americanos.
El diseño es un poco vetusto y parvo en comparación a lo que están lanzando los demás, pero ya queda claro en esta ilustración de la cabecera que es lo primero que va a cambiar.
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