Ford nunca tuvo mucha suerte en el segmento D hasta la llegada del Mondeo en 1993. El anterior Sierra jamás fue un hueso duro de roer para la competencia ni despertó a tantos devotos allende de todo el globo terráqueo. Ahora no hay marca que no le tema como rival ni lo ignore antes de plantearse un nuevo modelo.
En tres generaciones, la berlina que siempre ha contado con carrocería de cinco puertas, de cuatro puertas y familiar, ha pasado por innumerables reestructuraciones estéticas y mecánicas. A finales de este año o primeros del que viene, se cerrará con un profundo restyling de ingeniería y de diseño exterior la tercera generación, que se alargará como mínimo hasta el 2015, cuando aparezca el súmmum de la berlina en su lujosa preparación Vignale.
Si el Vignale llega en el 2015, ¿para cuándo una auténtica cuarta generación del Mondeo? Quién lo sabe… Pero lo que esperamos del último Mondeo MK III son motores EcoBoost y el primer híbrido de Ford que traerán a Europa. Pese a tanto avance tecnológico, no podemos olvidar los pasionales Mondeo ST de la primera y la segunda generación. Hagamos un repaso en imágenes a toda su Historia.
Primera generación, aquellas curvas de los 90
Una primera generación que también llegó a la competición
1997, profundo restyling. Nuevos motores y el ST200
La segunda generación. Un 2001 con poca oferta mecánica
Corrección ligera de los grupos ópticos y polivalencia de propulsores en el 2003
Más retoques y el ST220 en el 2005. Exprimiendo la segunda generación
Debut del concept de la tercera generación en la película de James Bond, Casino Royale (2007)
Tercera generación tal y como apareció en el 2008. Kinetic Design, diesel y tecnología de conducción
Restyling 2010 para la tercera generación y ajuste del rendimiento de los propulsores
Una pasada rápida por quirófano en el 2011
Para finales del 2014 o principios del 2015. Motores EcoBoost y mejoras notables de infotainment
El resto de la Historia, lo que sucederá con el Vignale y cómo será la cuarta reencarnación del Mondeo es algo que tendrá que escribir de su puño y letra el público.