Héroes anónimos: Rafael de Mestre y su Tesla Roadster dan la vuelta al mundo con sólo 200 euros en repostajes


Este Manresano de 49 años que creció en Alemania es el auténtico apóstol de los coches eléctricos. Ahora que estos días tenemos en Barcelona la Expoelectric, Rafael y su Roadster son la sensación y han atraído todas las miradas después de su proeza. Estados Unidos de lado a lado, China, Kazajistán, Rusia, Ucrania, Rumanía, Hungría, Austria, Suiza, Francia… 260.000 kilómetros. Toda la vuelta al mundo hasta volver a Barcelona, bien cerca de donde nació. Para clausurar los actos de la Expoelectric, participará en las carreras de velocidad que están programadas en el circuito de Montmeló. El rotativo La Vanguardia le dedica toda su contraportada, un testimonio de carne y hueso de lo que significa compartir tu vida con un eléctrico. Vale mucho la pena leer su experiencia, que os la reproducimos directamente del diario. La entrevista es del periodista Víctor-M Amela.

-¿De dónde viene?
De dar la vuelta al mundo en ochenta días… ¡En coche eléctrico!

-¿Este bonito coche descapotable?
Sí, se llama Kit. ¡Es mi coche fantástico! He recorrido 260.000 kilómetros con él, por Estados Unidos, Asia y Europa. ¡He sido la primera persona en circunvalar el planeta en coche eléctrico!

-Le veo feliz.
¡Era mi sueño dorado! Una pareja de franceses partió unas semanas antes, ¡qué rabia!

-¿Y qué hizo usted?
Me puse las pilas: arreglé mis cosas, me subí a Kit y le di caña.

-¿Qué ha hecho para ganar?
Correr más y no darme descanso.

-¿Cuánto corre Kit?
Alcanza los 220 kilómetros por hora. No he podido correr tanto, y menos por las carreteras de Kazajistán.

-¿Qué les pasa?
Piedras, obras… te obligan a desviarte a campo través… Bajé del coche, pavimenté un camino a brazo partido para poder seguir…

-¿Dónde están las mejores carreteras?
En Suiza. Después, en Hungría y en China.

-¿Y en Alemania no?
No son tan buenas. Ni las estadounidenses: ¡hay una con 200 kilómetros de torturantes ondulaciones en el asfalto!

-¿Cómo ha resistido Kit tanto tute?
Es un coche duro. Sin motor ni cambio de marchas, no necesita mantenimiento.

-¿No tiene motor?
No: sólo una batería. Una vez al año le quitas el polvo, ¡y fuera! No tiene depósito de gasolina, ni de aceite, ni de anticongelante, ¡ni fluido alguno! Bueno, sólo agua para el limpiaparabrisas. ¡Este coche es portentoso!

-¡Está usted enamorado de Kit!
Por eso mis novias me abandonan. La última ha entendido que no dejaré de largarme con el coche… «O el coche o yo», me dicen.

-Y gana el coche.
Me da tanta felicidad, tantas alegrías, tanta paz… Este coche te mejora el carácter.

-¿No exagera?
¡Lo dice porque nunca ha conducido usted un coche eléctrico descapotable!

-Nunca.
¡Te cambia la vida! Circulas sin emitir olor a carburante ni ruido alguno… ¡Cero decibelios! Y empiezas a oír rumor de árboles, piar de pájaros… ¡y te sosiega y mejora la mente!

-¿Por qué?
Porque un coche con motor, con su rugido y vibración, excita tu agresividad. El coche eléctrico te relaja, gozas más de todo… ¡y empiezas a conducir más despacito!

-Y te quedas atrás.
¡Qué va! Con Kit he desafiado a coches Ferrari, Lamborghini y Porsche en la arrancada… ¡y gano a todos!

-¿En serio?
Un motor de combustión necesita más metros para alcanzar alta velocidad, y la aceleración del coche eléctrico es instantánea: ¡en tres segundos estás a cien por hora!

-¿Hay que conducirlo diferente?
Al tomar una curva, debes esperar a rebasarla para volver a acelerar, ni antes ni durante la curva, ¡o te saldrás!

-No sabía que corriese tanto un coche eléctrico…
¡Pues sí! Y seguro que también crees que no puede cubrir largas distancias…

-Pues sí, eso creía…
¡Acabo de dar la vuelta al mundo! Y algunos días cubría 500 kilómetros.

-¿Tanta autonomía tiene la batería?
La batería de este modelo de Tesla Motors tiene autonomía para circular durante unos 400 kilómetros.

-Y luego, ¿qué? ¿Cómo lo recargaba?
Buscaba un enchufe.

-¿Y ya está?
¡Claro! Ah, y cuando circulas en bajadas, ¡la batería se recarga! Yo cubría 200 kilómetros, paraba un par de horas para beber o comer algo mientras se recargaba la batería… y seguía otros 200 kilómetros.

-Y luego, a dormir.
Sí, el mundo está lleno de lugares donde dormir y comer… ¡Y de enchufes!

-¿No precisa enchufes especiales?
Lo mejor es un poste de recarga preparado: en Suiza los hay cada 50 kilómetros ¡y recargas más rápido que si repostases gasolina! Pero sirve también un enchufe casero.

-¿Gratis?
¡Sí! En algunos sitios me cobraban cinco euros. He circunvalado el mundo gastando 200 euros en energía. Con un coche con motor ¡hubieran sido 23.000 euros en gasolina!

-Algo le faltará a este coche eléctrico…
¡No! Pantalla de navegación, cámara de visión trasera, airbag, buen maletero, ordenador de a bordo con todos los datos de la marcha y de la carga que resta, cuentakilómetros, cargador de iPod y altavoces, CD, brújula, temperatura… ¡Lo tiene todo!

-¿Y por qué no se populariza su uso?
La industria petrolera presiona a la automovilística, que se inclina por el coche híbrido, ¡pudiendo lanzarse al eléctrico 100%!

-¿Cuánto vale este coche?
Este modelo me ha costado 100.000 euros. ¡Pero yo hubiese pagado cualquier precio! Porque es la ilusión de mi vida.

-¿Y dónde nació esa ilusión?
De niño subí a un auto de choque. Gocé tanto, que esa noche soñé que salía de la atracción con el auto y circulaba por la calle. «¡Qué lástima que sea un sueño!», lamenté al despertar. ¡Y se ha hecho realidad!

Vía | La Vanguardia

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