Mecánicos con los reglajes de agua bien estudiados y personal de Pirelli pidiendo stock extra de ruedas verdes y azules. Se suponía que llegaría el diluvio a Sao Paulo y, al final, un sol de justicia. Tanto calor que el asfalto nuevo de Interlagos llagaba los neumáticos; en el caso de los blandos las ampollas se reproducían a tal ritmo que los equipos huyeron de ellos como de la peste, y esas pústulas caprichosas en las ruedas dieron el toque humorístico a la carrera.
Porque, cuando hay que visitar tres veces el pit lane, es cuando se ven cosas divertidas. La imagen del domingo fue la de Felipe Massa mirando a derecha e izquierda en el box de Mercedes, como preguntándose «¿es éste mi box? ¿qué hacen estos tipos vestidos de blanco?» Se confundió. Y luego se quejó a su equipo: «que alguien se cambie el mono, ya vale de cachondeo».
Entre los cables cruzados de Felipe y los errores del personal de Williams, Bottas sólo llegó a la décima plaza. Y Massa hizo valer el factor ‘Héroe Local’, que le insufló de un espíritu endemoniado al volante y terminó en el podio. El segundo que consigue esta temporada. Merecidísimo y me alegro por Felipe, que vive tiempos de azúcar sabedor de dos cosas: una, que van a quedar terceros en el mundial de constructores, ergo abundarán los billetes en casa de Claire Williams y hay opciones a repetir un coche tan competitivo y prodigioso como el de este año. Y dos, que su escudería le ha renovado el contrato.
El caso Hamilton/Rosberg
Nico se parapetó en la plaza delantera que sacó de la clasificación el sábado. El esmero de Rosberg prevaleció sobre la ferocidad de Hamilton. Ambos hicieron las pifias habituales cuando hay un hambre tan gorda por llevarse el trofeo. Bloqueos de ruedas, salidas de pista… Entre las dos formas de conducir, ninguna es la mejor. La suerte da la razón a los cerebrales unas veces y a los viscerales otras.
En Brasil Rosberg ganó, y Hamilton gestionó la segunda plaza a modo de comodín. Ahora quedan separados por diecisiete puntos. Quedando Lewis en segundo lugar en la capital de los Emiratos Árabes, será bicampeón. Pero nada está escrito. Un fallo mecánico o un Williams le daría la vuelta al calcetín y tendríamos un final inesperado. A mí me parece que si trato de apartar las preferencias personales, los dos pilotos se han ganado a pulso el título.
Los demás
McLaren brilló con más intensidad este fin de semana que Ferrari. Es justo que la contienda entre las dos casas por echarle el guante al cuarto puesto en el mundial de fabricantes todavía esté por resolverse. De todas formas, el truco de magia que obró Räikkönen para ahorrarse un pit stop es para quitarse el sombrero; Alonso y él sumaron una buena bolsa de puntos para contener a Button y Magnussen.
Hulkenberg, en Force India, siguió los pasos de Kimi y logró una carrera de dos paradas, así que insospechadamente se metió entre los diez primeros, cuando el equipo había pasado un fin de semana gris e irregular. Él es otro de los que tiene el contrato renovado para el año que viene y la conducción de ayer fue intachable.
Ricciardo reportó un problema en la suspensión delantera que le crujió los frenos y abandonó, para sorpresa de la parrilla entera. Vettel iba muy fino y a ritmo constante, pero no lo bastante como para rebasar a Button.
La cámara nueva
La FIA se ha pasado la temporada 2014 tratando de hacer funcionar correctamente una cámara nueva anclada a los monoplazas. El artilugio se mueve 180 grados para hacer eso que los cineastas llaman “un barrido”. El domingo salió bien por vez primera y desde casa presenciamos un adelantamiento del Toro Rosso de Kvyat al Force India de Pérez. Chocante y espectacular por la novedad en una retransmisión deportiva; se parecía a alguna secuencia de la película ‘Rush’, pero en real y sin ordenadores ni 3D.
Me gustaría que Abu Dhabi nos dejara más adelantamientos cuerpo a cuerpo y que esa camarita los retratase. Allí nos veremos en dos semanas para bajar el telón y cerrar el chiringuito. En el 2015 habrá cambios de reglamento, llegará Honda, Alonso y Vettel cambiarán de equipo. Y Rosberg y Hamilton no jugarán juntos al futbolín nunca más, caiga donde caiga la moneda en el choque final de Abu Dhabi.