La segunda generación del Kuga evoluciona de manera bastante rotunda en su carrocería, haciendo que Ford tenga, de ahora en adelante, dos líneas maestras para dibujar los exteriores de sus coches: una para los turismos/vehículos comerciales, y otra bien diferente para todos los que van a la montaña.
Ka; Fiesta; Focus; Mondeo; Mustang; B-Max; C-Max; S-Max; Galaxy, y las tres Tourneo actuales se dan un aire de familia bastante claro y definido. La parte delantera tiene los ojos pequeños y una boca de escualo, que se ha ido corrigiendo desde 1998. Por aquel tiempo semejaban más tiburones ballena y luego les fueron añadiendo dientes hasta darles un tipo de tiburón blanco. Tomando uno el lenguaje de los ictiólogos, a los turismos de Ford se les ha dado cuerpo de lamniforme; peces más tallados para la velocidad y la depredación.
Lo que deberías saber de él
Veamos qué ha ocurrido con el Ford Kuga II edición 2017 y desmontémoslo en sus características elementales. La intención es la de siempre: orientar al que esté pensando en comprar un automóvil de esta clase.
1.– La segunda línea: si se ha dicho que los turismos están más inspirados en formas de la naturaleza, los coches más camperos han tomado otro camino. Las decisiones de diseño vienen más determinadas por la matriz norteamericana; de pequeño a grande, el Ecosport, el Kuga y el Edge dan una impresión de monolito, de algo rocoso, o de pedrusco tallado para la sillería. La intención, imagino yo, es dar un aspecto de dureza.
2.– El precio, la venta y la gama: El coste de los Kuga se va a mover bien poco; tracción delantera y motor pequeño o tracción total y motor fuerte, permanecerá en una horquilla que va de los 24.000 a los 36.000 € (son números sin descuentos ni pactos de financiación). Se continuará fabricando en suelo ibérico, en la planta de Almussafes (Valencia), calcando prácticamente a su homólogo americano, el Ford Escape. El segundo tallo brotó del Kuga en el 2013, y la variante del 2017 empieza a venderse en el último trimestre del 2016. Los acabados elementales son ‘Trend’, ‘Titanium’ y ‘Titanium S’ en España. Ha de confirmarse si se aplicarán los refinamientos de la terminación ‘Platinum’, que ya se está probando con algunos modelos en los Estados Unidos.
3.– El tamaño y las reconstrucciones del interior: como se trata de un encauzamiento hacia lo estético y a lo que se mira desde la superficie, el Kuga 2017 no hace ni un movimiento que lo distinga del Kuga 2013 en cuestiones de ingeniería y armazón. Hay dentro del habitáculo bastantes diferencias en todo el salpicadero. La consola central es la parte que más ha mutado; la inclusión de la versión 3 del sistema SYNC para enlazar el teléfono móvil, ubicar cámaras y sensores de aparcamiento, navegadores y demás accesorios electrónicos ha ensanchado la pantalla táctil hasta las ocho pulgadas y ha removido un tanto las botoneras y las ventilaciones. No parece más moderno ni mejor, se han redistribuido las cosas para lo que Ford viene trabajando desde hace años: hablarle al coche y tocar poco el salpicadero.
4.– Gasolina y diésel, sin hibridación ni GLP anunciados: siendo tan parejo en medidas al Ford Focus, el Ford Kuga lleva la mayoría de las mecánicas del primero. El Kuga más austero y frugal se deshace del diésel 2.0 con 120 CV y acopla el que monta el Focus: un 1.5 TDCi con unos iguales 120 CV de rendimiento pero con unas décimas menos de humos y consumos. Los otros diésel con igual bloque de dos litros y ramificaciones en 150 y 180 CV se mantienen tal como han llegado hasta el 2015. De la gasolina se pueden decir las mismas palabras; el EcoBoost dividido en 150 y 180 CV permanece en el catálogo. Ford no prevé un Kuga eléctrico o híbrido a medio plazo, y tampoco lo ha incluido en su libreto de coches con dos depósitos (gasolina+GLP.)
Queda aquí abajo su portafolio, confeccionado por los retratistas publicitarios de la casa. Está por ver si esta era de caras cuadradas tiene igual cuaje entre la clientela que el primer Kuga.
