Se admite oficialmente y desde canales institucionales que habrá un Ford Focus RS III. Ansiado; esperado; anticipado; imaginado y fantaseado desde hace más de un año. Cuando ya te han pillado dando vueltas por Nürburgring varias veces con un cacharro vinilado hasta las orejas, no puedes seguir negándolo eternamente.
Lo mejor después de que Ford haya confirmado que los torpedos están armados y listos para el lanzamiento ha sido el cruce de tweets que ha empezado Renault. Cuando se alborota el gallinero es cuando mejor lo pasamos los mortales. No hay que dejarse fuera del guión que Audi acaba de desbancar a BMW y Mercedes con idénticas siglas RS. A ver si también los alemanes entran al pique en Twitter.
Guerra de Tweets
En Gran Bretaña, esta mañana, Renault Sport UK (@Renaultsport), le guiña el ojo con picardía a Ford UK (@fordUK).
Desde su cuenta en Twitter le manda un mensaje con un «Lo siento, pero RS sólo hay uno». Y adjunta esta foto, la del Mégane R.S. 275 Trophy-R con el que recuperaron el récord de vuelta en el circuito de Nürburgring en junio del 2014. Se lo acababa de quitar SEAT con el León Cupra.
Pocas horas después, la sede en el Reino Unido de Ford les hace un precioso collage con todos los Ford RS que han existido desde 1968, y replica con idéntica flema británica: «¿Cuál de ellos?»
La conversación y el cachondeo entre seguidores de ambas cuentas ha explotado. Brillante jugada de community managers, un juego de rivalidad sana que anima la fiesta y revive el deseo: no todo van a ser cariacontecidos ejecutivos germanos perorando sobre los cuatro aros, la hélice o la estrella. Renault ha devuelto un «elegid el que queráis, sólo tenéis que traerlo a nuestra casa… Nürburgring… :)» El último guante arrojado venía con esta otra imagen:
Hot Hatchbacks –o depredadores vestidos con piel de cordero– hay más de tres. Los rallys y una docena de campeonatos y categorías como la SEAT León Eurocup los han traído, y prueban que hay vida en el motorsport más allá de los muscle cars americanos y lo que pasa en Alemania.
Reorganización en la casa
Los departamentos o divisiones de Team RS, Ford SVT y Ford Racing estaban desconectados entre ellos y operando localmente sin demasiado intercambio de ideas ni sinergias. Con éstas, la casa madre ha llamado al orden para aprovechar mucho mejor el tirón que los Ford deportivos tienen en todo el mundo. La anunciación del Focus RS Mark III o Gen 3 ha servido de excusa ideal para dar otra noticia: nace Ford Performance.
Cualquier cosa que tenga que ver con las altas prestaciones se canaliza desde esta reestructuración. Paquetes aerodinámicos para modelos de calle, investigación y desarrollo, y presentación de 12 coches Ford atléticos –actualizaciones y nombres inéditos– entre el 2016 y el 2020. Y cada uno de ellos llegará a todos los países donde la firma tiene concesionarios. Un planeta, un Ford.
Raj Nair, que es el vicepresidente de ‘Desarrollo Global de Producto’ ha soltado un par de perlas que suenan a manifiesto y estatuto:
Ford mantiene su compromiso de innovar a través de las altas prestaciones. A través de nuestro equipo Ford Performance, que une competición, vehículos de altas prestaciones y componentes, podemos ofrecer al mercado productos que cumplen con las necesidades de nuestros usuarios, tanto en la carretera como en el circuito (…) Para conseguir el distintivo RS, el vehículo tiene que ser capaz de ofrecer un rendimiento excepcional en circuito cuando sea necesario, así como una conducción excelente en el día a día.
Ahí queda eso. Conque mejor vayamos preparándonos. A lo largo del 2015 van a llover teasers, ilustraciones y cruce de informaciones, algunas de ellas del todo peregrinas, marcianas y contradictorias.
Hasta que el Focus RS se engalane como unidad terminada y lista para despachar, que aduzco que sucederá en el marco de algún salón del automóvil noreamericano (¿Nueva York o Detroit tal vez?), hasta que lo veamos como una realidad, el tráfico de tweets, fotos espía y los «me ha dicho un amigo que trabaja en Ford» van a hacer hervir el caldo.
Yo me sentaré a mirar y a gozar del espectáculo. Pero, claro, esperando al RS no me puedo quitar esa vocecilla en el subconsciente que va susurrando «Mustang, Mustang, Mustang…» desde hace meses.