En semanas ya tendremos a todos los gallos en el mismo corral. El último que faltaba, el Fiesta más potente de la historia, inicia su ofensiva en el segmento de los utilitarios racing. Le estábamos esperando desde que vimos el vídeo de su inicio de producción en fábrica y una lustrosa galería de imágenes. Y estábamos deseando disponer de su afiche completo y oficial para tratar de hacer apuestas: ¿cuál será el más vendido?
Por prestaciones, el Ford se sitúa en el centro de la franja de lo que ofrecen sus contendientes: definitivamente son 182 CV sacados de un 1.6 EcoBoost, con un par motor que puede tocar los 290 Nm gracias a la función Overboost. En cuanto a consumos y emisiones homologados también está situado en la media, 5,9 litros a los 100 y 138 gramos CO2/km. En la división deportiva de Ford, los chicos de RS han construido una versión que no desentone en cifras pero que tampoco rompa récords.
Las estrategias para imponerse al resto son dos: equilibrio dinámico y reducción de costes.
Control de par vectorial, que frena la rueda delantera interior en una curva, y tres modos de control de estabilidad electrónicos son las soluciones aportadas para superar en performance a los demás mini GTI. El difusor trasero tiene acción aerodinámica y no es un puro embellecedor, otra cuestión que suma.
En la división RS confían en su producto, porque la calibración se ha configurado en auténticas pruebas asesinas, como las sesiones en Nürburgring. En total, cerca de un millón de kilómetros en circuitos y pistas rápidas para fabricar un producto redondo, que sobre todo neutralice el subviraje tanto como sea posible. No es el rey en nada, pero tampoco tiene fallos. Así se ganan muchas carreras, y si no que se lo digan a Lotus-Renault y a Kimi Raikkonen este fin de semana en Australia.
Si le añades las evoluciones de infotainment más nuevas de la casa, como el control por voz SYNC o el Emergy Assistance, para avisar a los servicios de carretera de que has tenido un accidente, vas aumentando puntos. Lo mismo cabe decir de las luces diurnas LED, el doble escape cromado, los asientos Recaro y las chucherías de aluminio y cuero en el interior.
Acaparar todo el mercado
Pero donde Ford se está poniendo muy agresiva es en la política de precios. Y ahí está la segunda arma que mencionábamos para hacerse con todo el botín. Va a ser el más barato de todos los utilitarios deportivos. En Alemania, un Corsa OPC o un Clio RS cuestan más de 24.000 euros. El Fiesta allí sale por 19.990€, y 1.000 más si escoges el pack opcional “Sport”.
En esta contención de precios es cuando salen a flote todos los males. El Fiesta no puede montar la caja automática de doble embrague Powershift. Tampoco tiene climatizador, sólo un aire acondicionado normal. Y, a la postre, no está disponible la carrocería de cinco puertas que se barajaba en un principio. Estos son los tres pecados capitales del Fiesta ST. Si puedes perdonárselos, te ahorras entre 2.000 y 5.000 euros con respecto a sus rivales. Y tienes una pequeña lapa pegada al asfalto, con un carácter de mil demonios.
Sus némesis más directos son la tríada VAG (Polo GTI, Fabia RS e Ibiza Cupra). Pienso que por el precio los va a derribar y será el utilitario deportivo más vendido, pero para ser justos y dictaminar cuál es mejor, tendremos que esperar a ver si los lores de Ford nos bendicen y nos dejan probarlo.