Dicen en Ford que el Focus está teniendo una acogida fenomenal en China, sólo hay que ver la lista de los coche más vendidos del mundo. Pero la marca cree que en este peculiar mercado, con su propias reglas e idiosincrasia, hay espacio para multiplicar los modelos del segmento compacto, dándoles a cada uno un carácter personal y ajustado para el usuario. De facto, hasta el 2015 quieren meter 5 fábricas nuevas en China que produzcan 15 modelos Ford exclusivos para el país, todos partiendo de la plataforma modular del Focus, y el Escort es el primero que ha asomado en el Salón de Shanghái.
La inversión de dinero que la marca está haciendo allí empezó sin hacer ruido en el 2006, y a día de hoy ya supera los 4 billones (con “b”) de euros.
Todo el mundo debe tener un rincón en su corazón para el Ford Escort, un coche que nació en los setenta y murió en el siglo XXI con el Focus. Aunque el Focus es indiscutiblemente más dinámico y deportivo que su abuelo Escort, ¿quién no se acuerda del Escort Cosworth? Es un modelo que también tuvo una celebérrima carrera deportiva en los rallyes.
Mucho sobre estética, poco sobre mecánica
En el infumable y narcoléptico dossier de prensa de Ford, no se aclara nada sobre motores o prestaciones, y se habla únicamente de diseño distinguido y espacio interior.
El Escort es algo más largo que el Focus Sedán y algo más corto que el Mondeo. En Europa quedaría en terreno de nadie, y más cuando la versión cuatro puertas del Focus tiene motores tan prestacionales y divertidos. El renacer del Escort es más para familias con muchas maletas y que persiguen el confort antes que la potencia o una buena performance en carreteras viradas. Los del óvalo dictaminan, después de estudiarlo mucho, que este perfil de comprador sólo existe en China…
Su estampa está muy en la línea del próximo Mondeo y no tanto con la del Focus, con la parrilla hexagonal definida y rodeada de LEDs y ópticas afiladas, y una zaga bastante angulosa. Se le presupone, entonces, un aspecto armonioso y con alguna pincelada señorial. En el dossier de prensa también dicen eso, que querían un look de sedán caro, que no renunciase a lo indispensable en un coche moderno, pero que no te desollara la cuenta bancaria.
Sin determinar todavía toda la gama de motores, sí está sentenciado que sólo se venderá en gasolina, y aquí hemos de suponer la implantación de la familia de tricilíndricos Ecoboost y, ojalá, del novísimo 1.5 EcoBoost de cuatro cilindros.
Por mi parte, yo siempre opiné que el Focus sedán debió llamarse desde el primer día Escort. No hubiéramos perdido una leyenda que ahora se quedarán los conductores chinos.