Londres no es Montecarlo, es verdad, pero es una ciudad en la que podemos ver coches espectaculares. Toparse con un Bentley, un Jaguar o un Land Rover es bastante habitual, tal vez porque son marcas nacionales y económicamente no están tan mal como aquí. Sin embargo, también podemos ver superdeportivos como el Ferrari 458 Spider dorado que se exhibió por la capital inglesa este pasado fin de semana.
Gran expectación
Un videoaficionado no desaprovechó la ocasión y sacó su teléfono móvil para grabar el 458 Spider dorado que tenía a escasos centímetros. Estaba aparcado en la calle y no eran pocos los curiosos que se detenían para echarle un vistazo. Coches así, con una carrocería tan despampanante, no se ven todos los días.
Seguro que más de uno pensó que no era mala idea rascar la chapa y guardar el oro en un bote para llevarlo a uno de esos «Compro Oro» que hay por todas partes. Pero no, es un «simple» chapado en oro por el que no merece la pena hacer el burro, sobre todo si sabes quién es el propietario de esta criatura…
El juguete de un boxeador
El propietario es Riyadh al-Azzawi, un boxeador iraquí que lo aparcó justo delante del gimnasio donde va a entrenar, en el barrio de Kesington. El cochecito le costó 242.000 euros, pero decidió invertir unos 5.000 euros más para lucir el acabado que puedes ver a continuación. Para algunos es una obra de arte, y para otros, entre los que me incluyo, es una horterada.
Lo que no se puede discutir es el poderío que tiene este 458 Spider. El descapotable de la firma italiana pasa de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y alcanza una velocidad máxima de 320 km/h. La única pega es que consume una media de 11,8 l/100 km y emite 275 g/km de dióxido de carbono.