Se las prometían muy felices, pero al final se están comiendo muy pocas perdices. Los modelos Smart no están triunfando en Estados Unidos, donde no los comercializa Daimler como en Europa, sino que es Penske la empresa encargada de llevarse un buen puñado de dólares por colocarlos en los concesionarios. Sin embargo, ese puñado está siendo mucho más pequeño de lo que esperaban, por lo que ahora están como locos por deshacerse de Smart USA.
La filial estadounidense de Smart está muy decepcionada con los resultados obtenidos, tanto que en ocasiones han tenido que reconocer que eran ridículos comparados con los de la competencia. Así las cosas, quieren que las exportaciones de Smart a Estados Unidos terminen de una vez por todas, algo bastante lógico si tenemos en cuenta que no se pueden permitir el lujo de seguir metidos en un negocio que no es para nada rentable.
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