Flexicar, Spoticar, Ocasionplus, Autohero y Clicars son los compraventas que venden más caros los coches en España. La afirmación sólo es válida en fecha presente; no tenemos manera de saber cómo se moverán estas firmas en un futuro. Existe la posibilidad de que desaparezcan de un día para otro y en un tiempo no muy lejano, pues ya han cambiado de nombre, sedes y locales antes y se han relanzado tal que fueran nuevos emprendimientos.
Hay que contar que todas tienen una fecha de inscripción en el registro mercantil español reciente o, en el argot castellano, son chiringuitos. Además, están vinculadas a otras empresas con sede extranjera y legislación diferente, a las que suelen referirse como «afiliadas» y/o «colaboradoras»; éstas son fabricantes de vehículos, subastadoras, comisionistas, inversionistas, bancos y prestamistas. En definitiva, el alcantarillado es lioso.
Comprar por internet
Para llegar a estos cinco palabros con los que abrimos el escrito, desde el año pasado hemos ido analizando los precios de diez entidades similares, pero que se dividen en dos grupos por una característica muy concreta: hay un grupo que se define a sí mismo como «tienda en línea», «plataforma de internet» o alguna expresión equivalente, y hay otro grupo que no. El orden en el que hemos citado los nombres es indistinto: los cinco pertenecen al primer grupo.
Cualquiera de estas entidades anuncia precios más elevados que otros compraventas de menos subsuelos internacionales y bancarios. Esto induce a pensar que «las plataformas de internet» o, de nuevo, alguna expresión equivalente, son las que más encarecen los productos por obra de créditos espirituosos, que contienen una elevada proporción de intereses.
Santander, CaixaBank, Crédit Agricole Group (SOFINCO) y la quimera Stellantis Finance son los instrumentos empleados por las onerosas «tiendas en línea» que hemos destacado.
En el caso de Flexicar, se embarran todavía más con el «empeña tu coche» y «préstamos avalados por tu propio coche». Ya hace unos cuantos años que publicamos un artículo sobre esta forma de latrocinio y todavía siguen llegando correos electrónicos de gente desesperada.
Las páginas de internet donde se refunden anuncios de cientos de negocios compraventa, como podrían ser ‘Coches.net’ o ‘Autoscout.net’, están atestadas de ofertas provenientes de las mencionadas «tiendas en línea». Y de su actividad en estos portales es de donde tratan de pescar más clientela.
Otro negocio muy distinto es el de las «comparadoras», del estilo ‘Carwow’. Es tan diferente que se debería explicar en otra publicación que redactemos, porque aún seguimos investigando.
Los señuelos
La narrativa de las «tiendas en línea» es siempre la promesa de que se vende a bajo precio un billete de lotería que está premiado con mucho más dinero, una suerte de tocomocho, mutatis mutandis al hablar de coches en lugar de papeletas de rifas.
«¡Al momento!, ¡transparencia!, ¡en unos pocos clicks!, ¡aunque usted figure en una lista de morosos!, ¡fuera papeleos!, ¡se lo traemos a su casa!, ¡los mejores profesionales se encargan de todo!, ¡vehículos garantizados al cien por cien!, ¡comprometidos con nuestra misión de hacerte feliz!, ¡sin trampas ni preocupaciones…!» Ésta es la fraseología que convida al incauto a pensar que ha descubierto la Isla del Tesoro.
De la segunda mano, ocasión, kilómetro cero, seminuevo, coche demostración y nomenclaturas metidas en el mismo saco; de todo este trajín transfronterizo, decimos, nadie posee una consciencia sapiente de donde dimane la certeza de estar ante un contrato más o menos honrado. A lo menos, en Motor a Fondo no lo sabemos y por ello no estamos en la tranquilidad de hacer una recomendación a alguien. Salvo decir que no compraríamos un vehículo utilitario con seis o siete años por doce, trece o catorce mil euros.