En las últimas semanas os he hablado del gran revuelo que se ha generado en Portugal por culpa de la implantación de nuevos peajes que no han sentado nada bien a los ciudadanos.
El más escandaloso de todos es sin duda alguna el que va al Algarve y sirve para unir Portugal con Huelva. Cuesta nada más y nada menos que 77 euros y esa es una cantidad que no está dispuesta a pagar cualquiera.
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De los peajes de Portugal, nuestro país vecino, se está hablando mucho en los últimos días después de la barbaridad que han cometido con el peaje al Algarve, que por si no lo sabéis todavía cuesta la friolera de 77 euros. El pasado 8 de diciembre se puso en funcionamiento y la cosa va muy en serio, no era una broma lo de tener que pagar esa cantidad.
En Portugal existen dos tipos de peaje, los de barrera y los que no tienen barrera. Estos últimos se están poniendo de moda porque no hay que pagar ni con dinero en efectivo ni con tarjeta, sino que se paga por adelantado o gracias a un dispositivo electrónico muy parecido al Via T español. Allí se conoce como OBU o «TAG».
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El Partido Popular está tramando algo que a la mayoría no le hará ni chispa de gracia. Resulta que Mariano Rajoy y los suyos están estudiando la posibilidad de colocar peajes en toda la red de autovías españolas, algo que justificarían alegando que necesitan recibir más ingresos para poder mantener en condiciones la red de carreteras españolas.
El 80% de las autovías que hay en España son en estos momentos gratuitas. El coste anual de mantenimiento de todas estas carreteras es de 1.500 millones de euros al año, cantidad que podría ser recaudada por duplicado si el Gobierno decide instalar esos peajes que amenazan a nuestro bolsillo. La cuestión está en decidir si ese mantenimiento debe pagarlo todo el mundo o únicamente las personas que hacen uso de las carreteras.
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El peaje al Algarve se pondrá en funcionamiento el próximo 8 de diciembre y costará la friolera de 77 euros. Eso es lo que tendrán que pagar todos aquellos que decidan ir hasta allí utilizando la autopista portuguesa A-22. La medida es toda una realidad porque el Gobierno portugués la ha aprobado por decreto ley.
Para circular por primera vez por esa autopista hay que alquilar un dispositivo electrónico que cuesta nada más y nada menos que 27 euros. Éste controla nuestro paso por la vía con un crédito/recarga de 50 euros para empezar.
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Finalmente no tendremos que lamentar pasar por las autovías españolas. Lo de los peajes, que se había rumoreado después de que en Portugal vayan a ser una realidad, finalmente no nos tocará de lleno. El Ministerio de Fomento ha desmentido los rumores para dejar bien claro que no tendremos que sufrir por ello.
El departamento dirigido por José Blanco ha tranquilizado a más de uno matizando los planes que se están estudiando para poder sufragar el coste de las infraestructuras viales. Ni las autovías que ya funcionan ni las que están en construcción tendrán peajes.
Fomento seguirá buscando otras alternativas si realmente no nos han tomado el pelo para que no nos pongamos nerviosos. La combinación de fondos públicos con participaciones empresariales de ámbito privado es una de las posibles vías. También está el impuesto especial sobre los hidrocarburos que funciona en Estados Unidos o la «euroviñeta» que afecta a los camiones de más de 3.5 toneladas de MMA.
Parece ser que en España se podría seguir el ejemplo de Portugal. La AEA (Automovilistas Europeos Asociados) se teme que en las autovías españolas se instalen peajes tal y como sucederá en nuestro país vecino a partir del próximo 1 de julio.
El Gobierno está estudiando seriamente esa posibilidad para sacar más tajada, para hacer frente a la crisis con medidas que sólo perjudican a los ciudadanos. De esta forma, se obligaría a los conductores a instalar dispositivos telemáticos como los que se emplean en las actuales autopistas de pago.
Las razones de esta medida tan dramática para los conductores las conocemos de sobras, aunque el Gobierno como siempre dice que se hace para mejorar las infraestructuras en aras de la seguridad. Lo peor de todo es que luego se ven carreteras en estado lamentable, con poca visibilidad y con el pavimento muy irregular.
En Portugal han tenido la brillante idea de colocar nuevos peajes en la A-27, A-28, A-41 y A-42. Estos afectarán a los gallegos, más que nada a los que viven en Ourense y quieran desplazarse por el norte del país. Para ir al aeropuerto de Oporto o al Ikea tendrán que instalarse un chip en el interior de forma visible. Éste se podrá comprar en las autopistas, concretamente en las estaciones de servicio, con un saldo prepagado.
El motivo que ha llevado al Gobierno portugués a tomar esta decisión ha sido la crisis. Así tratarán de recaptar dinero para, teoricamente, seguir manteniendo sus carreteras. La Brigada de Tránsito será la encargada de comprobar que todo el mundo lleve el chip instalado. No existirán cabinas de pago, todo funcionará electrónicamente. Será una buena forma de ahorrar costes asegurando importantes ingresos. Ojalá nadie tome nota en España…
