No es lo mismo ponerse a los pedales de un Peel P50 o de un Smart fortwo CDI, que exprimir las siete marchas de un Mercedes SLS AMG, o probar la sensación de llevar de un Porsche 911. No, no es lo mismo. No obstante, las señales de tráfico y las normas de circulación son iguales para todos, ya tengas escondido bajo el capó un motor V12 o uno de 49 cc y 4,2 CV.
Quién sabe, puede que intentar dominar con los pies una bestia tan salvaje como el Bugatti Veyron sea algo difícil, pero de todos modos las reglas están para cumplirlas y respetar al prójimo. Eso mismo deberían aprender los protagonistas del artículo, merecidos ganadores de alguna de las multas más caras de las que se tiene noticia.
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