Formas de matarse hay infinitas y variopintas, se diría que son a gusto del consumidor; algunas, ciertamente, tienen muy poco glamour o son muy escandalosas. Siempre está la opción de eso que llaman el ‘turismo de la muerte’, donde pides un crédito abultado al banco, te tomas unas vacaciones alto standing hasta reventarlo todo en Suiza, Holanda, Bélgica u otro lugar donde el suicidio asistido sea legal, y te vas tan ancho.
Los amaxofílicos o locos por la conducción ya disponen de una nueva manera que tal vez esté más acorde con sus gustos: el último de los cien mil Hot Rods que se han hecho sobre la base de un Ford T. En concreto, éste es de 1932 y ahora mismo está a subasta en la casa Hemmings. Acabo de consultarlo y la puja ya alcanza los 209.900 dólares y sigue abierta…
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