En marzo se remodela el DS 5, alumbrado en el 2011 y presentado entonces en el Salón de Shanghai. Su actualización, esta vez, se enseña dentro de Europa, en el certamen de Ginebra.
El más grande de los DS cambia, sobre todo, la cara del coche. El DS 3 estrenó los faros con luces cortas LED y luces largas Xenon en el 2014, y ahora las lleva este adalid de PSA, el grupo automóvil francés que aglutina el león de Peugeot y los chevrones de Citroën.
El DS 5 no es tan grande, su esqueleto es el mismo que el del Peugeot 3008 o el monovolumen Citroën C4 Picasso, pero las formas de familiar y un frontal muy prominente dan ese efecto visual regio, especialmente cuando lo ves en fotos de estudio, con un fondo neutro.
Lo que me parece más remarcable en el restyling del DS 5 es que se trata de la primera vez en que se disocia ‘DS’ de la palabra ‘Citroën’.
Al comenzar la aventura DS, los franceses avisaron que se iría haciendo una transición paulatina hacia una nueva marca, y que esas dos letras cruzadas, la ‘D’ y la ’S’, eventualmente, quedarían como un sello independiente. Pues bien. Ya han empezado. No hay ni una sola alusión en todo el cuerpo del DS 5 que remita a Citroën.
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