Para comerse el mundo o para fracasar. Solo el tiempo lo dirá. Lo que está claro es que el Opel Adam a secas no ha logrado alcanzar el nivel de ventas que se le presumía cuando llegó al mercado como una alternativa serie del Fiat 500 y el MINI. No me parece un mal coche porque lo hemos probado y va de maravilla. Es extremadamente personalizable y sus líneas son el equilibro perfecto entre la redondez del 500 y lo cuadriculado del MINI, sobre todo si lo comparamos con el de la anterior generación, claro.
Como ven que no venden tanto como se esperaban, han recurrido a un anuncio sucio, de esos que en Estados Unidos son relativamente normales, pero que aquí no se ven porque están castigados. Me refiero al de aquella pareja que se casaba en dos Adams diferentes gracias a un cura que también conducía otro Adam y que se podía comunicar con ellos vía Siri. Causó un gran revuelo, pero la marca alemana no quiso entrar al trapo.
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