Los motores de combustión respiran como los animales; ha de entrar aire limpio y ha de salir lleno de gases residuales. Hay que figurarse que cada cilindro es como una nariz, sólo que en lugar de dos orificios, puede haber 8, 16, 20, 24… Esos agujeros son las ‘válvulas’.
Al abrirse las válvulas, por ahí se inhala el aire. Imaginemos que nos apretamos las aletas de la nariz con los dedos después de inhalar y luego los aflojamos para expirar. A lo grueso, así es como, más o menos, respira un bloque de gasolina o diésel, y otros que mezclan combustibles del tipo GLP (Autogás) o GNC (Gas Natural, Metano).
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