Después de la demanda colectiva que se hizo por el defecto en el sistema de limpieza de gases en los 1.5 blueHDI; después de la otra demanda colectiva por la cadena de sincronización del árbol de levas en el mismo motor; después de la tercera demanda colectiva por las correas húmedas de los motores 1.0 y 1.2 Puretech; después de estas carambolas grotescas que se iniciaron en Citroën y Peugeot, como digo, las sorpresas no terminan.
Hay una cuarta pifia que también alcanza a Stellantis y con ello se asciende a categoría de escándalo, y se esclafa de un solo golpetazo la confianza y el prestigio de más de cien años que tienen algunas de sus marcas. El cese del señor Tavares, en caso de que se sustancie, no lo enmienda.
La última broma de mal gusto comenzó en el mes de mayo de 2024. Me escribe la señora E. N. C. desde Montcada y me cuenta una pesadilla espeluznante que le toca de lleno a Stellantis. Esto de los airbags Takata lo he ido siguiendo de cerca. Las noticias surgen y se evaporan, va la gente con una sensación de que aquello debe estar resuelto, pues no se ha vuelto a saber nada. En la primavera de este año hubo revuelo con el nombre de Takata, y después el silencio. El problema, muy a la contra, está bastante lejos de zanjarse, como veo en las conversaciones sostenidas con esta lectora.
Seis meses, de momento
Propietaria de un C3 1.5 BlueHDI 100 CV matriculado en 2016, recibe una carta de la Dirección General de Tráfico que adjunta una nota de Citroën que dice así: «Citroën/DS Automobiles le pide que deje inmediatamente de conducir su vehículo». Debe acudir a la concesión para la sustitución de los airbags. El cartero se la deja en su buzón el día 6 de mayo.
El concesionario de Citroën que le vendió el vehículo y con el que contacta le replica que sí, que hay una llamada a revisión por algo urgente y delicado en los airbags que la marca compró al fabricante Takata, que la llamarán así que les lleguen las piezas de sustitución. Ella utiliza el coche para trabajar, de modo que va perdiendo ánimos y dinero a cada día que pasa con el C3 atrancado en el aparcamiento.
Esta situación se está prolongando, de momento, seis meses. En data de jueves, 10 de octubre de 2024, la concesión le cede, previo abono de 150€ de fianza, un C3 Aircross que no le cabe en su plaza de garaje comunitario. También la informan de que hasta las Navidades no llegarán los recambios. Me pregunta la última vez que hablamos si acaso se puede hacer algo. Debo responderle que no.
Sin compensación
En el supuesto de que litigara y se pusiera a derrochar horas y euros con abogados, con la FACUA u otra asociación homóloga, a lo mejor conseguiría una compensación, algún acuerdo de indemnización. Pero hay dos peros. El primero es que no está claro que lo lograse. El segundo es que, de lograrlo, el vehículo que le han prestado va a pasar las noches y los días en la calle, en plazas de estacionamiento regulado y soportando la solana, la lluvia, el guano de los pájaros urbanitas y golpes y rascadas de otros vehículos. Los 150 € de fianza y quién sabe si otro importe más abultado los va a tener que abonar por los desperfectos que le quieran enjaretar.
Tampoco, en este tiempo de tener su coche detenido, la compañía de seguros la va a compensar con ningún tipo de reducción en la póliza, puesto que es evidente que ellos no son culpables de que falten componentes en los almacenes de Stellantis.
El 17 de mayo de 2024, el conglomerado Stellantis al fin publicó una nota admitiendo que «algunos componentes químicos» (sic.) que están en estos airbags se corrompen con la humedad y el calor, defecto que lleva a explosiones demasiado fuertes de los airbags cuando han de funcionar, de tal desproporción que pueden traer «lesiones graves o incluso la muerte en el peor de los casos» (sic.).
En esta llamada a revisión de Stellantis, ente muchos otros, entran los Citroën C3 y los DS 3 fabricados de 2009 al 2019; diez años, casi nada. Por eso, la cifra total de unidades de estos dos modelos sobrepasa el medio millón en el área que Stellantis, en su mea culpa, denomina «el Mediterráneo europeo» y no nos atrevemos a dar desde aquí un número preciso.
La gente propietaria o custodia de uno de estos coches es sospechosa de sufrir o haber sufrido algún percance más, sea por el famoso caso del AdBlue en los motores BlueHDi, sea por el otro famoso caso de los motores Puretech.
El desastre de los airbags, 19 fabricantes en Europa
Takata ya hubo de reemplazar tantos airbags en Norteamérica que, en 2017, se declaró en bancarrota. Era uno de los suministradores de piezas para la automoción con más clientes, no sólo Peugeot y Citroën/DS. El movimiento de capital que realizaba era tan voluminoso que la empresa tenía su protagonismo en el mercado de las acciones bursátiles.
La OCU menciona en su boletín de 7 de octubre de 2024 que este problema, sólo en España, toca a más de 4.000.000 vehículos y que se desparrama por las marcas Audi, BMW, Citroën, Dacia, DS, Ford, Honda, Land Rover, Mazda, Mercedes, Nissan, Opel, Renault, Seat, Skoda, Suzuki, Toyota, Volkswagen y Volvo. Cuando me preguntan «¿qué coche me compro?», respondo «ninguno, quédese con el que ya tiene y cuídelo mucho».
El comunicado de prensa que hizo Stellantis el 17 de mayo de 2024 cerraba con la ilustre línea de «Citroën y DS (…) agradecen la comprensión y paciencia durante el proceso de retirada».
Nota de prensa de Stellantis: https://www.media.stellantis.com/es-es/corporate-communications/press/informacion-sobre-la-accion-actual-de-retirada-de-airbags-de-takata