Nunca es un buen día para hacer el burro conduciendo, pero hay días que son peores que otros.
Esos días suelen ser los que vienen acompañados de condiciones climatológicas adversas. Para darse cuenta de ello no solo hay que fijarse en el cielo, sino que también ha que poner la vista en la carretera, en el asfalto. Que haya dejado de llover o de nevar no quiere decir que el pavimento esté preparado para todo tipo de majaderías.
Dios mío qué poquito cerebro…
Se lo pueden preguntar al protagonista del siguiente vídeo, un tipo con poca paciencia y menos neuronas que trató de adelantar a un camión por la derecha. Lo hizo por una especie de carril de incorporación que se terminaba a los pocos metros, algo que visto lo visto no le importó demasiado.
Confió en las posibilidades de su coche y midió mal. El camión no iba tan lento como creía o él no fue tan rápido como esperaba. El caso es que pasó demasiado justo y acabó perdiendo el control. Pisó la nieve y el hielo que había a escasos centímetros de los carriles por los que circulaban los coches y patinó de mala manera.
Pudo corregir mínimamente su trayectoria dando un volantazo, algo que agradeció el pick-up que venía por detrás. No hubo choque entre ambos, pero el avispado conductor no se libró de una buena torta contra una farola. Pudo reemprender la marcha a baja velocidad, pero lo hizo con el paragolpes trasero destrozado. Seguro que la próxima vez se lo pensará como mínimo dos veces.
Actualización: El vídeo ha sido retirado de YouTube. Lamentamos las molestias.