El escándalo de las emisiones es contagioso. Ya lo dejó caer mi compañero Alex Serrano hace algo más de un mes y medio, cuando se destapó la sospecha de que Renault estaba falseando los datos de emisión de gases nocivos.
Ségolène Royal, la ministra francesa de Ecología, ha salido a la palestra para dar un toque de atención a sus compatriotas. Las conclusiones definitivas de la investigación que se está llevando a cabo no se conocerán hasta el próximo verano, pero todo apunta a que estamos ante un nuevo caso de «dieselgate» que probablemente no será el último que afecte a una industria que está levantando el vuelo.
Se han pasado, pero no han hecho trampas
En una entrevista publicada por Le Parisien, Royal les pide que reduzcan las emisiones contaminantes de sus vehículos lo antes posible. De momento no se ha podido demostrar ninguna triquiñuela como la de Volkswagen para trucar los datos, y eso que ya se han revisado 22 modelos.
Lo que es seguro es que se han superado los límites de dióxido de carbono (CO2) y de óxido de nitrógeno (NOx), algo que también afecta a otros dos fabricantes que por ahora no ha querido mencionar.
El nuevo Espace es el que peor huele
La emisora France Info se ha mojado diciendo que se trata de Volkswagen y Mercedes-Benz, al tiempo que han dejado caer una bomba que afecta al Renault Espace de nueva hornada. Según la información que manejan, los resultados son más que decepcionantes porque multiplica entre cinco y diez veces lo declarado por la marca. El dato es doloroso, pero no lo es tanto como el de la DUH, una organización de consumidores y empresas que llegó a hablar de 25 veces más.
Como se supone que no han hecho trampas y para defender a una de las empresas más potentes del país, la ministra Royal ha querido dejar claro que el problema está en los mecanismos de control, los mismos que han aprobado unas homologaciones que no reflejan la realidad.
Batacazo bursátil
El runrún y las afirmaciones no le han venido nada bien a Renault. Ayer la cotización de sus acciones se desplomó. Llegaron a caer hasta un 20%, aunque terminaron la jornada con una pérdida del 10,28% de su valor para situarse en los 77,75 euros.
Hoy las cosas han empezado mejor, ya que los matices y el hecho de no haber jugado sucio (presuntamente) les ha permitido empezar al alza en la Bolsa de París, donde el valor ha repuntado hasta los 80,55 euros. Eso sí, ha sido un espejismo porque poco después han vuelto a caer.
En PSA Peugeot Citroën están limpios
PSA Peugeot Citroën, el otro fabricante de coches francés a nivel mundial, se ha desmarcado de lo sucedido asegurando que todos sus modelos han aprobado en materia de tratamiento de emisiones contaminantes. Por eso han aprovechado para hablarnos de su diésel BlueHDi, que gracias al mecanismo SCR (Selective Catalytic Reduction) convierte el NOx en agua y nitrógeno para reducir la expulsión de gases contaminantes al máximo.