A la hora de comprarnos un vehículo, no sólo tenemos que fijarnos en la potencia del motor o en lo bonito que es tanto por dentro como por fuera. Algo muy importante, tal vez lo más importante de todo, es que sea seguro. Desgraciadamente, muchas veces no nos fijamos en ello, o simplemente no podemos pagar más por varios elementos de seguridad que no vienen de serie. Con el paso de los años todas las mejoras en materia de seguridad se van incorporando a todas las marcas. Eso sí, por ellas hay que pagar un precio añadido si son novedad.
Sea como sea, en materia de seguridad siempre podemos distinguir elementos de seguridad activa y elementos de seguridad pasiva.
Seguridad activa
Antes de enumerar algunos de los elementos que forman parte de la seguridad activa de un coche, hay que decir que son los que contribuyen a proporcionar una mayor eficacia y estabilidad del vehículo en marcha, lo cual permite, en la medida de lo posible, evitar accidentes.
– Sistema de dirección: Facilita la maniobra de dirección del vehículo, mucho más suave a baja velocidad. La dirección se endurece a medida que ésta aumenta.
– Sistema de frenado: Los actuales sistemas de frenado cuentan con circuitos independientes que aseguran la frenada aunque alguno de ellos falle. Los más utilizados son los de antibloqueo (ABS). Estos reducen considerablemente la distancia de frenado sin que se pierda la posibilidad de cambiar de dirección para evitar obstáculos, puesto que no patinan. Son especialmente útiles en caso de que el pavimento esté mojado.
– Sistema de suspensión: Hace que el coche se mantenga estable, pues se adapta a las irregularidades del pavimento. Las barras estabilizadoras del sistema de suspensión conectan las dos ruedas de cada eje y controlan la inclinación en el paso por curvas.
– Neumáticos: Es la única parte del coche que está en contacto permanente con la carretera. El dibujo que llevan debe garantizar una conducción normal sea cual sea el clima y el estado del pavimento. La máxima adherencia sólo se consigue si están en buenas condiciones.
– Iluminación: Antes la luz que emitían los faros era muy débil. Ahora eso ha cambiado mucho con la llegada de los faros bi-xenón y las luces LED.
– Sistema de control de estabilidad: Es el famoso ESP. Se trata de un elemento capaz de frenar una de las cuatro ruedas en situaciones de riesgo para evitar sobrevirajes y subvirajes. Centraliza las funciones de los sistemas ABS, EBD y de control de tracción
Seguridad pasiva
Antes de enumerar los dos elementos principales de seguridad activa, decir que son los que son los que reducen al mínimo los daños ocasionados en caso de accidente.
– Airbags: Se trata de un sistema que patentó Mercedes-Benz en 1971. Pese a ello, hasta hace poco algunos modelos todavía no lo incorporaban de serie. Los airbags son bolsas de aire que se inflan cuando se detecta un impacto. Una reacción química hace que el gas infle el dispositivo en décimas de segundo debido a una leve explosión.
– Cinturones de seguridad: Es un arnés que empezaron a montar algunos modelos Ford ya en 1956. El objetivo no es otro que minimizar las heridas en caso de colisión. Esto se consigue impidiendo que el pasajero se golpee contra los elementos duros del interior o el cristal.