Hablamos hace un par de días de uno de los robos que más seguimiento han tenido por internet. La modelo, cuando vio que se lo habían sustraído el 3 de enero, dijo en su cuenta de Instagram que alguien moriría por haberlo hecho, y ofreció una recompensa de 5.000 dólares a quien lo encontrara. Creo que es de ley que os actualice la información y os diga que el caso está cerrado. El coche ha aparecido, pero está completamente achatarrado; en la foto (perdón por la escasa nitidez) puedes horrorizarte ante la malfetría de los facinerosos.
Una verdadera lástima, porque la preparación de este modelo duró ocho años, y la propia Jessica dice que ahora es imposible volver a repetirlo. Se confiesa “devastada”. Hablamos de 1.165 caballos, conseguidos uno por uno gracias al esfuerzo concienzudo de los chicos de Titan Motorsports. Tenía un turbocompresor de 7,6 centímetros e incontables cambios en el motor y el tanque de gasolina, que estaba todo gestionado por una unidad de control Motec. Había partes artesanalmente reconstruidas con fibra de carbono… Todo eso hace que sea muy difícil ponerle un precio a un descomedimiento como este coche. Pero cada uno tiene sus locuras y manías, así que no me atrevería a juzgar lo que hace Jessica Barton con sus cosas.
Piezas que continúan perdidas
La cuestión es que muchas de estas piezas no estaban entre los restos del cadáver y siguen desaparecidas, incluidas las llantas Volk Racing SD Challenge. Es un montón de dinero flotando ahora mismo en el californiano mercado negro del tuneo. La conejita no va a quedarse quieta ni a darse por doblegada, y ofrece hasta 6.000 dólares a quien tenga pistas sólidas de dónde se encuentran estos carísimos componentes. Igual abrimos una ONG que se llame “Help Jessica”.