En noviembre de 2014 te hablé del Toyota Mirai, un sedán de pila de combustible que está arrasando en Japón. Aquí, como era de esperar, nos tocará ser más pacientes porque todavía se encuentra en fase de pruebas. Las últimas que ha superado son las que se suelen realizar recorriendo largas distancias, y en este caso le han llevado a recorrer más de 100.000 kilómetros.
Una larga travesía por todo tipo de carreteras
Ha circulado 16 horas diarias durante 107 días, puesto que todo empezó el 21 de septiembre de 2015 y terminó el pasado 10 de febrero de 2016. En ese tiempo no ha parado de rodar por las carreteras europeas repostando unas 400 veces con algo más de 1.000 kilos de hidrógeno. Le han cambiado los neumáticos en dos ocasiones y las pastillas de freno una sola vez. Además, dicen que no ha registrado ni una sola avería, algo que evidentemente nos tenemos que creer.
KJ Tech Services GmbH, una empresa con sede en Hamburgo, ha sido la encargada de llevar a cabo el test respetando las indicaciones de Toyota, que eligió la distancia total a recorrer y el tiempo invertido en cada tipo de vía: ciudad, carreteras secundarias, vías rápidas y autopistas alemanas (autobahns). Con eso, en KJ Tech Services organizaron una ruta por Hamburgo con ocho conductores que se ponían al volante del coche seis días a la semana en dos turnos diarios.
Las pruebas no se han podido llevar a cabo en un clima cálido, pero sí en un clima frío. Dicen que llegaron a circular cuando la temperatura se situó en los 20 grados centígrados negativos, algo que no supuso un problema para el Toyota Mirai, que aguantó sin averiarse.
Sacó nota en fiabilidad y en maniobrabilidad
Además de su fiabilidad, también analizaron el espacio disponible en el puesto de conducción, su agilidad en el paso por curva, su capacidad de reacción en maniobras de adelantamiento o su aceleración desde parado y en marcha.
Repostar fue muy fácil
Para terminar, y antes de que veas a uno de los primeros conductores del Mirai, decir que a la hora de repostar tampoco hubo problemas. Se les dio poca información porque el repostaje es muy parecido al de un diésel o un gasolina, algo que le pone por delante de los vehículos eléctricos en cuanto a tiempo y desconocimiento.