En siete días, doce millones de humanos han visto el mensaje al espacio del Hyundai Genesis, o eso me marca ahora el indicador de visitas en la plataforma YouTube.
En lo que cuenta esta superposición entre la publicidad y el documental, Stephanie es una muchacha de Houston, en Norteamérica. ‘Steph’ tiene a su padre en la Estación Espacial Internacional, y no le ve por meses. Le piden que dibuje la señal del corazón, la que hacemos a modo de decir ‘te quiero’ sin hablar cuando estamos impedidos de ello, o cuando no nos entendemos en el idioma.
Con once coches, e infiero que con muchas semanas para buscar el sitio perfecto, un equipo de técnicos de varias layas de la ciencia y el cine, dibuja el trazo de ‘Steph’ a un tamaño tan elefantiásico que puede ser mirado desde la ISS, el puesto de investigación que orbita en el espacio.
Es, como mínimo, imprudente escribir una ejecutoria sobre esto. Espectáculo de vaciedad o prodigio, todo va en opiniones. Pero desde mi ventana, si querían enseñarme algo sugestivo, lo han hecho. Me gusten o no los coches de Hyundai. Tenga estimación por eso que dicen ‘viralización’ de vídeos o no la tenga.
Aquí dejo la filmación y un ‘Cómo se hizo’ que, al contrario de inclinarme hacia algo que se acerque a una opinión, aún me trae más preguntas. Lo único que está en mi mano es cavilar.
Señales
Las señales dibujadas en la tierra, como las que hay en Perú, en el común de los arqueólogos se atribuyen a civilizaciones extintas. Aunque creo que no se hallará un consenso que discrimine la Historia de la filfa. Y tampoco hay una corriente de opinión sólida que explique estas marcas gigantes sobre llanuras y montañas por todos los Continentes. Las llaman Geoglifos y envuelven siempre lo misterioso y la interrogación. ¿Quién las hizo y para quién?
Yo veo dos fascinaciones en ello. De una parte la habilidad, la audacia y la sincronización de mentes. Y de otro lado la constante pulsión a mirar arriba, esperando encontrar alguien más ahí fuera aparte de nosotros, los homínidos.
Entre lo más reciente que se ha hecho para las cámaras y las salas de cine, los geoglifos son el tema de la película de M.Night Shyamalan, ‘Señales’. Y estas mismas figuras arañadas en el desierto peruano aparecen en el largometraje de dibujos animados de ‘Tadeo Jones.’
Virales, El Mensaje al Espacio, Un Punto Azul Pálido
Las grabaciones de vídeo que explosionan como salidas de la antimateria, y en horas se nos dice que las han presenciado millares o millones de personas, es otra de las categorías en las obras humanas que a lo mejor la civilización que nos suceda hallará mágicas.
Unas gentes en una estación de metro que se arrancan a danzar, o una mascota que hace alguna melonada. Y a los dos días, estos vídeos ya son el comente de los ratos para el café y las meriendas.
Da la apariencia de que los pocos que vivimos con este invento de internet metido en casa demostramos intereses que son muy diferentes en lo individual, pero desde la distancia, se amontonan y nos hacen muy parecidos unos a otros.
El científico Carl Sagan vio la foto que la sonda Voyager 1 había enviado a la Tierra justo antes de desfilar fuera del Sistema Solar. La foto es un borrón negro con una salpicadura azulada tan microscópica que hay que irritar las córneas para creerse lo que la NASA dijo: que aquello era el planeta Tierra a 6.000 millones de kilómetros. La pequeñez de la mota en la oscuridad le causó una impresión tan honda que escribió un libro sobre la irrelevancia de nuestro planeta para el resto del universo.
Considerado así, el Mensaje al Espacio de Hyundai no le importará a nadie ni a nada que ande de paso por Neptuno, donde se explica que la Voyager sacó la instantánea. Desde ahí, los Hyundai Genesis ganando el título de ‘Record Guiness de las huellas de neumáticos más grandes del mundo’, y también Stephanie y su padre en la ISS, y tú y yo, estamos haciendo el zompo y el macaco, todos juntos.
Sin embargo, aquí, en estos vídeos, hay una constancia, por fugaz o artificial que sea, que contando historias no nos gana nadie.
En lo personal, yo veo que lo que más fabuloso en el hombre, lo que mejor hemos sabido hacer desde que nos caímos del árbol, es eso: narrar y relatar, crear ensoñaciones para ‘Steph.’
Sabemos contar historias, crear la magia, tocar el corazón, provocar la lágrima, arrancar sonrisas…
…. sigamos contando historias.