Se viene hablando de la séptima generación Fiesta desde la feria de Detroit; el director de ventas norteamericanas estuvo un tanto petulante cuando se le preguntó por qué se alargaba tanto el relevo del modelo. Dijo: «me pagan para contar que el coche es maravilloso, pero es que las ventas me respaldan».
Cierto que el Fiesta tiene un buen talle y funciona, pero se va quedando cojitranco en España, sitio en que siempre se ha despachado bien, pero donde las caras nuevas se aprecian mucho. El Corsa y el Polo, que han tenido recambio en los últimos 24 meses, han pasado por delante del Fiesta y en su cerco más fuerte, que es el Reino Unido, la arqueo en la contabilidad también blandea.
La sexta generación les ha dado alegrías
El Fiesta se construyó en Almussafes (Valencia) hasta el 2012, momento en que mudaron los contratos a la central de Colonia y se trasplantó allí la sexta generación. Abrocharle motores y accesorios renovados progresivamente ha funcionado; la llegada del ST 182 CV en el 2013 le dio un empellón de popularidad. Se analizó con lupa hasta una opinión ejecutoria, más o menos general, que lo ponía como el mejor utilitario deportivo. De esto vivió con alegría, y de ese año hasta el 2015, mercado a mercado, se le ha ido refrescando el aspecto.
La maniobra de adoptar la versión americana del ST en Europa, que en lugar de 182 CV tiene 200 CV, pone un punto final a la generación 6 después de diez años, que son muchísimos, si uno mira la vida media de un utilitario.
Rumores sobre la séptima generación
Corretean bastantes fotos de un coche mula que esconde el séptimo chasis y uno de los motores que animarán al próximo Fiesta. Sin demasiado miedo a equivocarse, se puede conjeturar que este ingenio será otro desarrollo del 1.0 EcoBoost, del que ya comentamos que estaban injertándole piezas de fibra de carbono y un turbocompresor eléctrico con el certificado de ‘hibridación suave’.
El vehículo de prueba lo esconde todo, porque la carrocería que usan para las evaluaciones es la del Fiesta VI, y sólo está tapado en las partes que serán nuevas, como las entradas de aire frontales y el difusor trasero, en donde irán los escapes. Ningún sentido tiene colocar aquí unas imágenes medio borrosas de un ‘Fiesta 2015’ con algún andrajo negro.
‘Ford Car Review’ sostiene que hay acuerdo con la fábrica de Colonia hasta el 2021 para que se hagan allí los Fiesta 3 puertas, 5 puertas y Sedán. El último, al menos en la cronología de este coche en España, jamás ha cruzado la frontera, y se va para otros países. China, La India y Tailandia son otros tres centros donde se debiera armar el Fiesta VII, siempre ateniéndonos a lo que explicó el señor Stephen Odell, arriba mencionado, y los de ‘Ford Car Review.’
Estados Unidos y Europa serán los primeros continentes en recibir el Fiesta en el 2017, y puesto que el despliegue completo se tomará entre seis y doce meses, el modelo se llamará ‘Fiesta 2018.’
Cambios a la vista
Escribiremos, y mucho, sobre este coche a partir del verano, porque efectuará un efecto mariposa sobre la gama Ford que se asienta en su anatomía, como el B-Max, el EcoSport o la Courier más pequeña. Otro movimiento de calado fuerte se anuncia por las mismas fechas; un Ford Ka III.
En opinión mía, la casa no ha de tener mucha audacia en cambiar la carrocería, pero la causa más común que pone un mohín de disgusto en la gente que se acerca al Fiesta es la consola central y las salidas de aire para la ventilación del habitáculo. Desde la generación anterior, el salpicadero ha estado dando pie a graciosismos de almanaque; el puesto de conducción y de copiloto del Fiesta 2018 ha de sajar estos chistes de repertorio.