Mercedes y BOSCH tenían razón, por algo no hay un sólo modelo de la estrella que no lo incorpore de serie en cualquier acabado. Y desde el uno de noviembre de este año, esto es justo once días después de escribir este artículo, por fin la Comunidad Europea obligará a montar el Control Electrónico de Estabilidad en todos los coches y vehículos comerciales que salgan de las factorías para este continente.
No más suplementos de ‘equipamiento adicional’.
Ha tomado 20 años conseguirlo y demasiados accidentes que se podrían haber evitado. Aún tengo que leer un solo informe solicitado por compañías aseguradoras que no evidencie la rotuna necesidad del Elektronisches Stabilitätprogram que pusieron en la calle los alemanes en 1995.
La aplicación de la electrónica en el control de los frenos está en evolución continuada. Empezó su recorrido como un perfeccionamiento del antibloqueo de frenos (ABS), del diferencial automático autoblocante (ASD) y del control de la tracción (ASR). Un año tras otro y durante las dos décadas desde su irrupción en el mercado, el Control Electrónico de Estabilidad está en reprogramación permanente por cada fabricante, llegando a ofrecer servicios de seguridad activa y de confort de conducción que son mandatorias por las prestaciones que han alcanzado los coches y por la densidad del tráfico actual.
Hoy tenemos configuraciones para conducir sobre nieve, asistencia en pendientes y descensos, secado de discos y compensación de la presión de las pastillas cuando los mismos discos están sobrecalentados, e incluso adaptación del comportamiento del coche cuando éste arrastra un remolque. Con la cuestión del peso, el ESP es vital en los transportes comerciales que desplazan cargas de cientos (o miles) de kilos.
Las aplicaciones y posibilidades son infinitas y la sencillez mecánica del dispositivo favorece a la investigación, porque se ha de centrar básicamente en reescribir software nuevo. Crear una función más para el control de estabilidad ha requerido de una inversión relativamente fácil de amortizar.
El ESP en esencia está conformado por:
– Un sensor del ángulo de dirección.
– Un sensor de la velocidad a la que giran las ruedas (aprovechado del ABS.)
– Un giroscopio que informa si hay desplazamientos por derrape y desvío de la trayectoria.
– Un procesador como el de un pequeño ordenador doméstico que comprueba más de 25 veces por segundo que la trayectoria del coche se corresponda con la que se demanda desde el volante.
Solemos hablar de diferentes generaciones de ESP a medida que se han implementado funciones gestionadas por el dispositivo, y los usuarios verán una danza de siglas algo nebulosa entre marcas, pero en el fondo están esos idénticos componentes que actúan por software y de forma individual sobre cada pinza de freno.
VSC, DSC, VDC, CST, IVD, MSP, VDIM, ASC y otras letras las encontraremos para describir exactamente la misma cosa.
El primer Mercedes con ESP y el papel determinate de BOSCH en la automoción moderna
En los registros históricos de la marca consta que el primer modelo que apareció en el mercado con ESP fue un Clase S. Mediados los noventa, la gran berlina y el gran coupé de Stuttgart pertenecían a la generación W140, como la unidad que posa en la imagen superior. De ahí a estar disponible en todo su catálogo, incluida la primera hornada del benjamín Clase A, sólo pasaron dos años.
La historia de Mercedes y de BOSCH ha avanzado en paralelo, y si miras a tu alrededor y te preguntas qué llevan los coches en las tripas y quién se lo inventó, verás que no pocas veces la respuesta está en estos dos nombres.
Por ponerte un ejemplo más básico que el ESP, BOSCH patentó la inyección de gasolina en la década de los cincuenta, y fue un Mercedes 300 SL ‘Alas de Gaviota’ el vehículo de combustión que, por vez primera, no necesitaba de un carburador.
Creo que toca felicitarnos por la obligatoriedad del Control Electrónico de Estabilidad, pero hay bastantes otros componentes que yo me pongo en la lista como «obligatorios». Los más imperativos los dejé apuntados en este otro artículo:
– Diez equipamientos que deberían ser obligatorios en todos los coches