Jimi Heselden, dueño de Segway, murió el pasado domingo mientras probaba uno de los prototipos que estudiaban sacar a producción. El multimillonario empresario, con una fortuna que ronda los 195 millones de euros, se despeñó por un barranco mientras se movía sobre una de esas máquinas de dos ruedas que tan bien supo promocionar en los últimos años.
A sus 62 primaveras, no pudo evitar una caída mortal al río Wharfe, cerca de su finca en North Yorkshire (Inglaterra). Al parecer, estaba probando una versión especial para el campo de uno de sus vehículos. Lo utilizaba para inspeccionar el terreno de su propiedad hasta que sucedió la tragedia.
Por el momento la policía ha descartado cualquier tipo de homicidio o asesinato. Todo apunta a un accidente fortuito que le provocó la muerte en el acto.