¿Quién ha dicho que el diésel no puede ser potente? Por ahora no lo vemos en los superdeportivos y cuesta creer que algún día desbanquen a los gasolina en dichos vehículos, pero BMW ha desafiado a los que decían que no se podía construir un motor diésel de casi 400 CV embutidos en un bloque de 3.0 litros.
Potencia y par al servicio del diésel
En el último Simposio Internacional de Motor celebrado en Viena nos han sorprendido con un propulsor que incorpora cuatro turbos para ofrecer unas prestaciones espectaculares. Puede entregar 394 CV entre las 4.000 y las 4.400 rpm, mientras que el par máximo está fijado en los 760 Nm entre las 2.000 y las 3.000 rpm.
Hasta ahora no habíamos visto algo así, y dentro de BMW el diésel más bestia es el que monta el 750d xDrive, capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos a pesar de su peso y sus dimensiones.
Jubilará al tri-turbo L6
Por ahora no tenemos datos sobre consumos y emisiones, pero el fabricante bávaro se ha atrevido a decir que será un 5% más eficiente que el L6 tri-turbo al que sustituirá. La gran diferencia con éste radica en la utilización de dos turbocompresores pequeños en lugar del gran turbo que entraba en acción cuando el motor se lo pedía. De esta forma es capaz de entregar la potencia y el par de forma más suave y lineal, lo que se traduce en una experiencia de conducción más satisfactoria.
Así las cosas, queda claro que BMW prefiere seguir por el camino de los turbos antes que decantarse por la tecnología variable. Están convencidos de los pasos que están dando y lo justifican hablando de una entrega de fuerza más lineal, al tiempo que defienden una demora inferior a la hora de pisar el acelerador para salir con todo.
Próximamente en los concesionarios
Este novedoso bloque diésel quad-turbo, que evidencia que los motores de combustión no están ni mucho menos muertos, irá a parar a las berlinas y los SUVs más potentes de la marca en los próximos años. Se beneficiarán de ello modelos como el X5, el X6, el Serie 5, el Serie 6 o el Serie 7.