Llenar el depósito de combustible se ha convertido en un lujo. El año ha empezado de la peor forma posible porque para repostar diésel hay que pagar un 3,9% más que en 2010, algo que le ha hecho alcanzar una cifra histórica: 1,336 euros por litro.
La gasolina también ha experimentado una importante subida, concretamente del 4,7%. En estos momentos se vende en nuestro país a una media de 1,358 euros por litro, cifra que todavía le sitúa lejos de su máximo alcanzado en 2011 (1,381 euros por litro).
Hasta ahora el máximo del diésel se había situado en 1,329 euros por litro, cifra a la que se llegó en julio de 2008, justo antes de que explotara la burbuja inmobiliaria. Al parecer, la culpa de que ahora el diésel esté tan caro la tiene la devaluación del euro frente al dólar, pues el barril de petróleo se encuentra en estos momentos a un precio muy similar al de 2008.