Hay ciertas cosas que a uno le sacan de quicio, y por desgracia son demasiadas. Ya se sabe que vivimos en un país donde al ciudadano de a pie se le roba todo lo que se puede y más para que los ricos vivan bien. Creo que eso no es ninguna novedad.
Banqueros, políticos, grandes fortunas… todos juegan en el mismo equipo, que como ya deberíais saber a estas alturas no es ni mucho menos nuestro equipo. Lo peor de todo es que al final acabamos pagando una barbaridad por cualquier cosa, hasta por repostar semana tras semana para poder utilizar el coche. Y eso a pesar de la fuerte contracción de la demanda de carburantes que se está dando…
En España el precio del diésel y la gasolina se ha disparado. En tiempos de crisis las petroleras han incrementado en un 20% su margen de beneficio en nuestro país. Asombroso, ¿verdad? La falta de competencia les ha permitido pactar precios para machacarnos todavía más. No se conforman con seguir ganando lo mismo cuando la mayoría de nosotros vivimos agobiados por llegar a fin de mes. Pero claro, luego se las dan de buenos anunciándose por televisión e Internet y nuestra percepción cambia…
La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) y la Comisión Nacional de Energía (CNE) ya se han puesto manos a la obra para que la cosa cambie. Ayer le pidieron al Gobierno que prohíba a los operadores mayoritarios recomendar precios a sus distribuidores para fomentar la competencia y abaratar los precios.
Fomentar la entrada de nuevos competidores
La solución puede darse con la llegada de competidores alternativos que puedan poner en jaque el pacto que mantienen Repsol, Cepsa y BP. Los buitres que controlan estas compañías están atemorizados, así que imagino que recurrirán al soborno, una de sus técnicas más efectivas para convencer a los políticos, quienes por su parte se dejan sobornar con demasiada facilidad.
En Francia las cosas funcionan de otra forma. Allí el 60% de las ventas se concentran en gasolineras ubicadas en centros comerciales, que son las que suelen ofrecer precios más competitivos. En España esa cifra es de tan solo un 9%, así que se tendrá que avanzar en ese mismo sentido para diluir la concentración del mercado.
Para terminar, fijaos en cómo ha ido subiendo el precio desde mediados de 2008. Curiosamente, la subida de lo que cuesta un litro de carburante es mucho mayor que la subida que ha experimentado el precio del barril en dólares. ¿Por qué será?