Casi siempre hablamos de los neumáticos, pero los amortiguadores también merecen nuestra atención a la hora de hablar de partes del coche que velan por nuestra seguridad. No solo sirven para absorber los golpes que se lleva el coche al pasar por encima de un bache, sino que también inciden de forma activa en nuestra forma de conducir.
Una parte muy importante
El desgaste de los amortiguadores incrementa las posibilidades de sufrir un accidente, ya que son los encargados de proporcionar un contacto sólido entre los neumáticos y la carretera, algo que es especialmente relevante en condiciones extremas.
Si están mal puede producirse una pérdida de tracción provocada por unos rebotes que no son normales en un coche que tiene los amortiguadores en condiciones. Participan en el proceso de frenada para reducir al máximo la distancia y hacen que la dirección sea más segura y estable. De la misma forma, son los encargados de controlar el traspaso de peso de un lado al otro del vehículo en el paso por curva, y de la parte frontal a la trasera en caso de frenada.
¿Cada cuánto hay que revisar su estado?
Dependiendo de una serie de factores como el tipo de conducción, los amortiguadores y columnas se desgastan, así que lo más recomendable es revisarlos cada 20.000 kilómetros y cada vez que se modifican los frenos, el equilibrado o los neumáticos. Más que nada para evitar un buen disgusto.