Después de que en marzo la CNE (Comisión Nacional de Energía) abriera un expediente de investigación por el llamado “efecto lunes” y después de que, desde Bruselas, se haya dicho esta semana que hay que revisar a fondo los tejemanejes de las petroleras, la propia CNE ofrece datos a la prensa en un informe sobre la distribución de los carburantes. Veamos quién cobra más caro.
La conclusión es lapidaria: las grandes operadoras están en plena batalla campal entre ellas porque la demanda baja, pero aún así hay demasiados claroscuros en sus estrategias de fijaciones de precios que incluso llevan a emparejar demasiado el valor del gasoil y de la gasolina. No hay heterogeneidad en los valores de ambos combustibles.
Y sí, las grandes petroleras son las más caras, mientras que los distribuidores pequeños e independientes son los que mejores precios ofrecen.
En el informe se reporta que la más carera de todas es BP, seguida muy de cerca por otro gran depredador: Repsol.
Dentro de las grandes compañías, aún siendo cara, la más económica es Cepsa.
El mito de los precios en las gasolineras de los hipermercados también se desmantela en el informe. Efectivamente, los importes son inferiores a los de una estación de servicio de la misma marca en plena carretera y “se aproximan a los de las estaciones de servicio independientes”. Pero siguen siendo ligeramente superiores a éstas.
El informe es categórico:
Los independientes establecen los precios de venta al público más bajos
En el caso del gasoil, esta diferencia puede llegar a ser de dos céntimos por litro.
Aunque caiga la demanda
Pese al menor consumo y a que este mes los combustibles bajaron entre un 2 y un 2,5% como resultado de cotizaciones internacionales, el margen de beneficio por litro en las grandes petroleras sigue creciendo y es mayor que nunca. La CNE dice que en los cuatro primeros meses del año, las grandes petroleras ganaron por litro de gasolina un 31% más que antes, y en el diesel un 14%.
Lo hemos comentado muchas veces: baja el consumo, los coches tragan menos, pero el precio y las estrategias compensan eso para que sigan incrementando los márgenes de beneficios. En España eso es posible porque, antes de aplicarle ningún impuesto, el precio de venta en bruto de las petroleras dominantes es el más caro de Europa. Y ése es su gran beneficio.
Luego los impuestos nacionales son más bajos que en otros países de la CE y el coste total para el usuario español es menor que para un británico, por citar un país al azar. Pero la petrolera hace más negocio aquí que allí, sobre todo con las fluctuaciones en fechas festivas. En Semana Santa, por ejemplo, Guipuzcua, Álava, Teruel, las Baleares y Vizcaya fueron las más abusadas por las compañías monopolizadoras.