Hay quienes dicen que en 2020 ya podremos acercarnos a un concesionario para comprarnos un coche completamente autónomo. A mí me parece una fecha demasiado optimista, sobre todo después del accidente que registró Uber con uno de sus coches autónomos en fase de pruebas. Da la sensación de que todavía queda mucho camino por recorrer.
Cuando por fin se alcance el grado de madurez necesario como para garantizar la máxima seguridad tanto para conductores como para peatones, algunas cosas dejarán de ser como hasta ahora. Cosas como las que menciono a continuación.
No podrás echarle la culpa a otros conductores
Se acabará eso de enfurruñarse con el conductor de turno que te la acaba de liar. No habrá piques de velocidad, en las rotondas todo el mundo circulará como es debido y nadie esperará a última hora para abandonar la autopista. Será mucho más relajante.
Por fin todo el mundo circulará por la derecha
A lo anterior podemos sumar algo que estoy deseando ver algún día. Me refiero a lo de que todo el mundo circule por la derecha. ¿Tanto cuesta? Parece que sí. Por suerte, los coches autónomos vendrán programados para utilizar el resto de carriles solo cuando toque adelantar, algo que despejará carreteras y autopistas.
Se acabará eso de aprovechar los semáforos en rojo para buscar petróleo
Es todo un clásico. Con la conducción autónoma no tendrás que buscar en tus cavidades nasales mientras el semáforo está en rojo. Podrás hacerlo en cualquier momento, eligiendo el más íntimo posible para que el resto de conductores no se escandalicen con tu búsqueda.
Adiós a los atascos
Por lo que dicen, si todos los coches que circulan por la carretera son autónomos, para lo que todavía falta muchísimo, se creará una red a la que se conectarán todos los vehículos para que jamás coincidan en espacio y tiempo. Eso quiere decir que serán capaces de modificar su velocidad en función de las distancias para no tener que detenerse nunca. De hecho, dicen que los semáforos desaparecerán.
Las campañas de sensibilización de la DGT serán distintas
La DGT dejará de lanzar campañas de sensibilización como la de «si bebes no conduzcas«. No tendrá sentido, ya que podremos salir de fiesta y hacer lo que nos dé la gana sin tener que volver a casa en taxi. Nuestro coche nos llevará siempre y cuando seamos capaces de abrir la puerta y ponerlo en marcha.
Ya no habrá más controles de alcoholemia
Por lo que acabo de comentar, la policía dejará de realizar controles de alcoholemia para dejar en la cuneta a los que van tocados. Eso siempre y cuando los coches autónomos no permitan que el conductor tome el control, algo que debería ser así en el futuro por lo que he comentado antes de la red a la que todos se conectarán.
Aparcar será más fácil
¿Hueco pequeño para aparcar? Mientras quepa, no habrá problema. Un coche autónomo podrá aparcar en cualquier parte y no tendrás que preocuparte por las maniobras, algo que ya pasa en la actualidad gracias a las tecnologías que han desarrollado algunos fabricantes.
0 víctimas
Es el gran objetivo que se persigue. Lo de la conducción autónoma no tendría sentido si detrás no hubiera algo tan grande como poder anunciar que no volverán a haber víctimas en las carreteras. Los hay que aplauden la evolución porque detestan conducir o se cansan rápido, pero lo cierto es que la industria se está movilizando para acabar con un problema que deja más de un millón de víctimas al año en todo el mundo. Es una cifra tremenda.