El motor es uno de los elementos más importantes de tu coche, tanto que si no funciona correctamente, tu vehículo podría quedar totalmente inservible. Para evitar que esto ocurra y alargar la vida útil del motor, te ofrecemos algunos consejos para garantizar el buen mantenimiento del motor de tu vehículo y asegurar un rendimiento óptimo durante el mayor tiempo posible.
Conduce con suavidad si el motor es nuevo. Si acabas de comprar un coche nuevo o de cambiar el motor, debes tener en cuenta que algunas piezas necesitan “acostumbrarse al uso”, lo cual se debe hacer poco a poco, sin forzar y revolucionar el motor y realizando variaciones moderadas de velocidad y revoluciones.
No debes forzar el motor cuando acabas de arrancar y el aceite todavía n o ha llegado a su temperatura óptima. Esto es importante sobre todo en invierno, cuando la temperatura ambiente es más fría y al aceite le cuesta más alcanzar los 90º. Además, deberás tener cuidado con la carga de las baterías ya que necesitarás más energía para poder poner en marcha el vehículo.
Evita velocidades de crucero muy altas. Un motor debe entregar una potencia un 60% mayor para un vehículo que circula a 110 km/h que para uno que circula a 90. ¿Eres entonces consciente de la exigencia que se le hace al motor de un coche que circula a 130 km/h?
Cambio de marchas, condiciones meteorológicas y más
Utiliza el cambio de marchas correctamente. Hay gente que piensa que por circular a 60 km/h en 5ª velocidad se ahorra gasolina y se cuida más el motor. Nada más lejos de la realidad. Llevar puesta una relación de marchas incorrecta crea tensiones innecesarias en el motor de tu coche y acorta su vida útil. Entre estas tensiones se puede nombrar tanto el acelerar demasiado el coche antes de cambiar a una macha superior o circular con una marcha demasiado alta para la velocidad a la que circulas. En la mayoría de casos, es tu propio vehículo el que te pide el cambio de marcha («chilla» cuando circula demasiado revolucionado, o da tirones y le cuesta conectar la marcha cuando va poco revolucionado).
Es recomendable que si tu vehículo lleva incorporado algún tipo de turbo, lo dejes al ralentí unos instantes antes de apagar y quitar la llave del contacto, para permitir que el motor se enfríe y el turbo no quede revolucionado. Este consejo se recomienda sobre todo para los que tengan un coche turboalimentado, pero aunque no sea así te recomendamos esperar siempre uno o dos minutos antes de apagar el coche, sobre todo después de un viaje prolongado o de mucha exigencia (por ejemplo, por un puerto de montaña).
Protege tu motor de las condiciones meteorológicas y atmosféricas desfavorables. La exposición prolongada de tu vehículo al frío, la humedad o el calor excesivo puede provocar problemas en su motor, por lo que es importante evitar este tipo de prácticas para no tener problemas con las baterías y el sistema de arranque o sobrecalentamientos del propulsor. En estas condiciones meteorológicas siempre es mejor dejar tu vehículo bien resguardado, siempre y cuando tengas la posibilidad.
Sigue siempre el plan de mantenimiento indicado por el fabricante. Nadie conoce mejor el vehículo que su propio fabricante, así que cumple siempre con las revisiones periódicas que se detallan en dicho plan y sigue las indicaciones pertinentes en todo lo referente al mantenimiento del motor de tu vehículo.
Llena el depósito e intenta no circular en reserva. Al circular con poca gasolina se acumulan más impurezas en la base del depósito, pudiendo dañar el sistema de alimentación.