A nadie le gustan los pinchazos. Tener que cambiar un neumático supone una molestia importante, sobre todo dependiendo de dónde te pille el imprevisto. En ocasiones eres tú quien puede cambiar el neumático afectado, pero otras veces hay que llamar a la grúa del seguro para que nos venga a buscar. Sin embargo, debes saber que hay una serie de recomendaciones que te ayudarán a esquivar los pinchazos, aunque eso no significa que te libres de ellos de por vida.
Bordillos
Es todo un clásico tener problemas por culpa de un bordillo. No hay que ser brusco con ellos, ya que la rueda que recibe el impacto puede acabar muy mal parada. Daños tanto en la llanta como en la goma pueden traducirse en un futuro pinchazo. Las maniobras trogloditas se pagan caras.
Obras
Cuando pasas con el coche cerca de donde hay una obra, debes extremar las precauciones. Puede haber piedras y objetos punzantes capaces de dañar tus neumáticos fácilmente. Por eso debes moverte por las partes de asfalto que estén en mejores condiciones.
Piedras y ramas
Es lo mismo que pasa con las obras, pero en este caso circulando por un camino off-road. Las piedras, por pequeñas que sean, pueden provocar un pinchazo. Por eso hay que intentar evitarlas, o en todo caso pasar por encima de ellas a baja velocidad.
Accidentes
Cuando pasamos cerca de donde se ha producido un accidente debemos activar la alarma. Puede haber cristales rotos, tornillos, plásticos… Pasar por encima de esos materiales puede tener consecuencias muy negativas para tus ruedas.
Estado de los neumáticos
Evidentemente, cuando peor estén tus neumáticos más probabilidades tendrás de pinchar. Por ello debes fijarte en su estado, en si hay alguna deformación que afecte a su comportamiento.
Cuidado con las válvulas
A la hora de subir o bajar la presión de los neumáticos, el aire pasa por las válvulas. Si no eres cuidadoso y rompes una de ellas, puedes perder toda la presión del neumático en el que va esa válvula. Eso también es pinchar, aunque el resultado sea algo distinto a los anteriores.