Si tuviera un Ferrari 458 Italia lo mimaría al máximo y trataría de hacer pocas locuras. En todo caso no me pasaría de listo como el protagonista del siguiente vídeo, que no supo controlar su superdeportivo en una maniobra de adelantamiento sin aparente dificultad. La lluvia tuvo su parte de culpa, pero no creo que sea suficiente para explicar semejante zurriagazo.
El vídeo lo grabó un chico que alucinó con lo que estaba viendo. Primero porque tenía un Ferrari muy cerca, y después porque acabó estampándose justo detrás suyo. Al conductor no le pasó nada, ya que si os fijáis bien abandona el coche por su propio pie.