Lo exhibirán en Salón de Guangzhou para el mes de noviembre, y en diciembre mismo ya debería estar en el mercado. Se fabricará en China por la alianza entre PSA y el titán Dongfeng Motor Group.
Se ensamblará en China y sólo para China. Sin embargo, el cuatro de octubre también lo traen al Salón de París, sin otro propósito conjeturable que no sea el de llenar el stand con novedades. No entiendo el sentido de llevar lanzamientos locales a exhibiciones internacionales. Máxime cuando Citroën está invirtiendo tanto esfuerzo en darle sustancia mediática al C4 Cactus, y un SUV más convencional como este C3-XR es una excusa perfecta para que inmovilistas y reacios a siluetas nuevas te despedacen impíamente el Cactus en cada página de internet y en cada revista del quiosco.
El Citroën C3-X3, aún a falta de tener mejores imágenes y datos técnicos completos, sale de la misma madre que el Peugeot 2008. Aunque el Peugeot y el Cactus no rivalizan porque son conceptos de coches diferentes, el SUV utilitario de Citroën para los chinos sí que podría asfixiar al Peugeot 2008 de llegar a venderse en Europa.
PSA está inyectando mucha sabia en asia, donde el logotipo DS busca ser asociado con términos como ‘lujo’, ‘belleza’, ‘exclusividad’ o ‘potencia’. Una apuesta a medio plazo que aún estamos esperando a ver cómo resulta en el balance de cuentas de los próximos cinco años.
No obstante, la berlina derivada del C4, en Europa conocida como C-Elysée, gana popularidad en un momento donde las ventas globales en China están perdiendo ese aumento meteórico. La luna de miel de los fabricantes con Rusia, Brasil o China está terminando, porque, tarde o temprano, todo el mundo iba a comprarse su coche, y la ola de surfero en la que se habían montado todos tenía que perder brío por lógica de oferta y demanda.
Gasolina y turbo
Pero no nos desviemos del asunto. El C3-XR calca todo el espíritu del Peugeot 2008; para un público que no es joven, porque ya pasa de los cuarenta, pero al que le encanta seguir persiguiendo a Campanilla, como Peter Pan. De hecho, yo asocio el virus SUV con el apoteosis del botox y las liposucciones; todos seremos jóvenes por siempre y para siempre.
Como quiera que sea la cosa, lo que diferencia al 2008 del C3-X3 es la filosofía pseudo-ecologista. En China predican ecología para hacer productos y exportarlos, pero no para tenerlos en casa. Así, pues, mientras que un Peugeot 2008 en España tiene el tope en los 120 CV de un atmosférico de gasolina como el que probamos en Motor a Fondo, el C3-X3 toma prestado del almacén de PSA el bloque turbo 1.6 THP, y de entre toda la horquilla de potencias con las que este motor se puede encontrar, elige la de 160 CV. Acoplados, eso sí, a la sexta generación del cambio robotizado de los franceses, que también podemos encontrar en el mismo C4 Cactus, verbigracia.