La séptima generación del Chevrolet Caprice se dejará ver en más de una comisaría de policía de los Estados Unidos, donde solo se comercializa como SS para el público o como PPV para la policía.
El primero es una máquina capaz de entregar 415 CV de potencia gracias a su motor V8 de 6.2 litros, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos. El segundo, por su parte, es un modelo que solo pueden conducir los agentes de policía, que aprovechan su potencia (inferior a la del SS) para perseguir a los cacos.
Los últimos Caprice con sirenas
Hay que hablar de una actualización que van a poder disfrutar los policías por muy poco, ya que el modelo va a dejar de fabricarse al otro lado del charco. Por eso se cargan dos de los colores que estaban disponibles en la anterior generación, el Mystic Green y el Hugo Blue. Los únicos disponibles serán los Heron White, Phantom Black Metallic, Red Hot y Silver Ice Metallic. No son los únicos cambios, ya que hay otros elementos que desaparecen o cambian.
Lo que se mantiene igual es la oferta de motores, que sigue compuesta por un V6 y un V8. El más modesto, que en realidad anda sobrado, es un 3.6 litros de inyección directa que entrega 301 CV. El más potente es un 6.0 litros que se va hasta los 355 CV. La diferencia de velocidad máxima entre uno y otro es mínima, mientras que la caja de cambios es automática de seis velocidades sea cual sea el Chevrolet Caprice PPV elegido.