Aunque el invento es de finales de los sesenta, se le adjudica a BOSCH y puede encontrarse hasta en las calderas de la calefacción de las casas, su uso en la automoción es de finales de los años 70 del siglo XX. La mayoría de libros de consulta están de acuerdo en que el primer coche que montó una sonda lambda fue un Volvo, aunque el dato varía según dónde se investigue.
Este pequeño objeto pinchudo es el responsable de que se hayan podido desarrollar tantísimo las inyecciones electrónicas y los controles de emisiones. Los sistemas de introducción de combustible en los cilindros y sus ajustes de explosión se expandieron de manera notoria a mediados de los noventa y, hoy más que nunca, siguen perfeccionándose.
Y la intención aquí es contarlo de manera bien sencilla, como para saber qué le están contado a uno los mecánicos cuando se lleva el vehículo a reparar. A veces, su jerigonza suena a brujería y nos están hablando de un sencillísimo objeto.