Adoptar una conducción defensiva al volante supone estar atento a cómo manejan los demás, adelantarse a posibles maniobras que puedan ocasionar un accidente y evitar problemas que podrían derivar en colisiones con otros vehículos. Lo primero que debes hacer es extremar la atención en los lugares que puedan ser más peligrosos en los alrededores de nuestro hogar o trabajo. Precisamente por ser zonas familiares se tiene menor atención porque se va más confiado y es donde suelen suceder accidentes inesperados.
Aprende nuevos recorridos para tener siempre alternativas. Es probable que algún día te encuentres con un posible problema como que está una calle cortada, horarios críticos, salidas de colegios o universidades, en tu recorrido usual probando otros caminos. Te recomendamos analizar detenidamente las variantes con un mapa de la ciudad o un GPS.
En una autopista, no circules a la misma velocidad que el resto de los vehículos si supera la velocidad permitida. No trates de conducir más rápido ni más lento que los otros, lo que suele ser la principal causa de accidentes, que es mejor evitar cualquier situación conflictiva que puede originar problemas al volante.
Recuerda siempre que en una autopista, el cambio de carril es la maniobra muy peligrosa. Presta mucha atención antes de hacer cualquier cambio o giro, anticipa la maniobra con intermitentes y avisa a los automóviles de tu alrededor. Tampoco se puede circular excesivamente cerca del automóvil que circule delante de ti, ni tampoco permitas que se te peguen detrás, es mejor dejarlos pasar. La distancia permite un mejor frenado en situaciones repentinas.