La fábrica asentada en Dingolfing va a recibir en los próximos cinco años una portentosa inyección de dinero desglosada por etapas, a tenor de las noticias que llegan desde Insideevs. Esta planta germana actualmente suministra los módulos de baterías para los eléctricos i3 e i8, entre otros componentes electrónicos y de suspensión destinados al resto de la gama bávara.

En Alemania y en Estados Unidos se afirma categóricamente que están aprobados los planes para lanzar híbridos enchufables BMW y que la megafactoría pasa a ser un punto estratégico para los objetivos de electrificación.

El primero será el X5 eDrive, del que vimos el último prototipo este mismo año en el Salón de Nueva York. El incombustible bloque cuatro cilindros 2.0 turbo de gasolina (ya con 245 CV) emparejado a un apoyo eléctrico de 95 CV. Como todos los PHEV –siglas inglesas de los híbridos que se enchufan para cargar baterías–, el X5 eDrive ha de ser capaz de andar una distancia razonable sin prender la combustión del dos litros; BMW dice 32 kilómetros, pero en la mano de los conductores está el no llegar o el pasar de largo esa autonomía.
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