Pininfarina ha dicho basta. La firma de diseño automotriz y construcción de carrocerías con sede en Turín ha finalizado para siempre su producción. Eso, desde luego, no es una buena noticia, especialmente para los 127 trabajadores que se han quedado sin trabajo después de que se haya cerrado la línea de producción.
La noticia no ha pillado por sorpresa a nadie porque sus planes ya se veían venir de lejos. Quieren salir del negocio de la producción de coches para dedicarse únicamente al diseño y la ingeniería de vehículos. Se han dado cuenta de que quien mucho abarca poco aprieta y es por ello que quieren dedicarse a lo que les sale más rentable.
La familia Pininfarina no está atravesando un gran momento. Desde la muerte del nieto de Battista «Pinin» Farina (Andrea Pininfarina) en 2008 por culpa de un accidente de tráfico todo les va mal. Por eso no es de extrañar que ahora el negocio esté en venta. Los aspirantes a su compra son principalmente el fabricante hindú Tata y Bolloré, una firma participante en la joint-venture para fabricar el Bluecar EV.
